Reemplazar los dogmas por una pasión activa,
el epicentro en estado neutro,
la observación quieta de un caos reservado,
soslayar los anuncios bajo el manto de la realidad sentenciada,
en el absoluto de la premisa consecuente…
No se puede terminar lo que nunca empezó.
Narrar… narrar,
inventar y destruir en un solo movimiento,
lanzar catapultas de imágenes confusas,
enredarlo todo para sistematizar benevolencias,
hechos ambiguos tamizados de barro… humo y hebras chamuscadas,
bailar luego al compás de la música discorde,
… y otra vez reconstruir desde guijarros empantanados.
Respirar fuego,
exhalar agua,
para regar lo que jamás fue tuyo.
Narrar… narrar,
a los que fueron solo míseros amantes,
de interminables años,
en sus ternuras corrosivas.
Narrar… narrar,
no se puede terminar lo que nunca empezó,
pues nada existió.
Despierta.
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