Cuantos senderos dejaron tus huellas siguiendo el tenaz dictamen del astro que en primorosos trazos de alabastro gravita en torno a pálidas estrellas. Tu alma fue herida por pedregales y punzantes dardos de cruel discordia; pero un haz de noble misericordia prodigó miel de enigma a tus rosales. El suave aroma de una flor retrata las sombras que se diluyen sin rumor en su furor de luz embriagadora. Mientras tu boca el silencio dilata, el otoño se tiño de gris fulgor bajo el ramaje sutil de la aurora.
Texto agregado el 14-05-2014, y leído por 265 visitantes. (4 votos)