Ante todo debe hacerse hincapié en los tipos, características y contextos de los poetas:
Los existen solaces laceradores célibes y lisonjeros
de las artes del amor: Los abandonados
Los contentos contenido - contraídos con tratos - contrato con
todo su público: Los posados
En disgusto manifiesto con el desguanzado lector menudo,
crítico de su trabajo: Los que odian a los niños
ignorantes apologistas
aprehensivos inútiles
intimidantes ataráxicos
apáticos insurrectos
iatrogénicos aleatorios
antisociales injustificados: La mayoría.
De tal modo que, entonces, tenemos muchas categorías
de pretensos intelectuales, un tanto pretenciosos
dedicados de fijo o por ratos ociosos
a la poesía.
Casi nunca humilde y muy lejos de ser ecuánime,
el poeta en buena medida sirve para empuñar un manojo de textos
Y alzarse como portavoz de su propia vida,
como torpe víctima de sus emociones,
como objeto de escarnio público y privado,
como irracional aspirante a intelectual.
Pero el poeta que hábilmente sea conducido
por sus ideas y sus palabras, eludiendo con astucia
Las clasificaciones enunciadas anteriormente,
Es aún mejor: Nos sirve, para nada.
Se sirve de todo y de todos, señala.
Comunica cosas que nadie entiende
Entiende sensaciones no descritas
Describe ideas que aún están por nacer.
Nació inútil, pero altamente necesario
Necesitando palabras para expresar ángulos deliciosos, filudos, ásperos y endemoniados
De una verdad incomprendida:
El placer de amar hablando y la dicha de hablar amando.

IVÁN GUTIÉRREZ LÓPEZ