Aquí estoy solo, disfrutando de un momento conmigo mismo. Nadie me molesta ahora, todo está oscuro y profundo. Me siento en la soledad del lugar listo a leer un buen libro sin que nadie me interrumpa. Solo una pequeña lámpara ilumina las palabras sin que nadie me haga preguntas. Sin interrupciones.

A medida que leo el libro me meto en la historia, muy profunda por cierto. Me siento perdido de la realidad que me rodea. No presto atención a nada, solo a las palabras que emanan del libro y se incrustan en mi mente con forma de imágenes que terminan formando una película. Yo soy el único espectador y estoy sentado en un cine imaginario completamente solo. La sala está vacía. La película rueda.

En el momento más profundo de la lectura, logro escuchar con el filo de mi oído una tenue voz que pareciera me estuviera llamando por mi nombre. Al principio no le presto atención, pero lamentablemente para mí, la voz se torna cada vez más audible. Es como un susurro al principio, pero ya no lo es mas y me está perturbando. Perturbando, no en el sentido de la molestia, sino en el sentido del miedo. No hay nadie en este lugar que pueda pronunciar palabra y mucho menos mi nombre. Me doy vuelta para tratar de ver algo pero todo está oscuro a mí alrededor. Nada visible que me llame la atención. Estoy solo en una habitación oscura con mi libro y mi luz. En el momento que me di vuelta, la voz se detuvo. Si mal no recuerdo, me pareció que llamaba mi nombre varias veces, pero ahora se detuvo por completo.

Sigo inmerso en mi mundo de letras hasta que vuelvo a escuchar la voz. Esta vez sí es real, o por lo menos eso me parece a mí. Dejo el libro a un lado y trato de girar mi cabeza para ver si en realidad estoy alucinando o realmente hay alguien aquí conmigo – “¿Quien anda ahí?” – pregunto como si realmente quisiera recibir alguna respuesta. Gracias a Dios nadie contesta. No me quiero imaginar el trauma cardíaco que me provocaría algo así. No creo que mi corazón este preparado para este tipo de situaciones.

Vuelvo a mi lectura y trato de profundizar los hechos para retomar el hilo de la historia. Me siento inmerso en un mar de letras, hasta que de pronto algo me despierta a la realidad. Sobre mi muñeca derecha siento un puntazo terrible. – “¡¡¡Dios, que está pasando!!!”- grito, tapándomela con la otra mano. Siento no solo la sensación del dolor sino también el susto de algo que esta fuera de lugar. Me levanto de la silla y trato de recuperar la cordura. El dolor ya no está pero mi corazón sufre los embates de la adrenalina. Dejo pasar un momento para tranquilizarme los nervios y vuelvo a mi lectura.

A medida que retomo la lectura, los personajes vuelven a la vida solo en mi mente. Las situaciones siguen su curso de la historia hasta que otro evento del mundo exterior me vuelve a la realidad. Siento un golpe terrible en el pecho que me deja sin aliento. Esta vez realmente lo sentí y tengo muchisimo miedo. Lo que sea que está dando vuelvas a mi alrededor, está jugando conmigo. No solo quiere asustarme sino que también me quiere matar, físicamente y emocionalmente. No estoy preparado para este tipo de sustos. No hay nada aquí. No entiendo que o quien me está haciendo esto pero tengo miedo, mucho miedo. No puedo pensar con claridad y ya no me interesa la lectura. Quiero salir de aquí lo más rápido posible, antes que lo que sea que este aquí conmigo vuelva a hacer algo de lo cual me pueda arrepentir.

Miro a mi alrededor y sigo sin ver a nadie, ni nada; solo oscuridad. Por un segundo creo que me estoy volviendo loco, pero el miedo es tan grande que no puedo poner mis pensamientos en orden. Sin más vueltas, empiezo a correr por el pasillo de oscuridad y miedo. A medida que me interno trato de salir del vacío. Empiezo a sentir otras voces que dicen cosas que no logro comprender. Al final del pasillo veo una luz tenue que a medida que me acerco se hace más y más brillante. De pronto mi visión se nubla por la luminosidad que me encandila. Me siento mal. Ya no estoy corriendo sino que me encuentro acostado. No puedo hablar porque tengo algo en la garganta que no me deja pronunciar sonido. Hay gente a mi alrededor, que grita y se mueve constantemente. Parecen asustados. Un pedazo de recuerdo vuelve a mi mente como una trompada. Ya recuerdo que estoy haciendo aquí. Tuve un horrible accidente automovilístico, mi cuerpo esta inerte y pierdo mucha sangre. Puedo saber lo que piensan los médicos. A pesar de tener los barbijos puedo ver las expresiones de sus ojos.

No voy a sobrevivir.



Fin