El aguacero afuera era terrible, los vientos movían las copas de los arboles intensamente, casi a punto de derribarlos.
Un hombre se acerca a una choza buscando refugio, antes de tocar la puerta ve una figura de mujer sentada al centro de la habitación frente a un candelabro
La puerta se abre sola quizá por el viento que la azota
-Buenas noches –saluda el empapado hombre al tiempo de entrar. -¿puedo resguardarme de la tempestad acá, mientras pasa un poco?
-Adelante -dijo la extraña mujer sin moverse
-Espera a alguien,
- A ti - dijo fríamente
- Perdón pero acabo de llegar al pueblo, no conozco a nadie
- Jamás me equivoco
- Creo que ahora si,
- Acércate y veras lo que te digo
El hombre sintió un temblor de cuerpo al momento de que un relámpago ilumino la extraña figura, se sintió impotente y sin querer caminaba lentamente hacia ella, es mas se deslizaba sin mover las piernas aunque hacia lo imposible por hacer lo contrario. Llego junto a ella, al momento que esta se levanta el velo del rostro, la vio con horror. Ella lo tomo con su mano huesuda y la dio un prolongado beso. Él quiso gritar no pudo. Quedo con un rictus de terror en la cara paralizado de los pies a la cabeza.
Relámpagos iluminaban la escena, un rayo cayó afuera partiendo en dos un árbol.
Abrió más los ojos que casi se salían de sus cuencas, su corazón latía fuertemente. Despertó de su pesadilla… para morir despierto.
Afuera bombas y cohetillos de vara, surcaban el cielo. El pueblo estaba celebrando “el día de los muertos”.