Inicio / Cuenteros Locales / yajalon / La angustia del laberinto
La verdadera angustia no era saberse perdido en su laberinto, sin hallarla, sino, no saber si ella recorría también el mismo laberinto.
Esa esperanza lo mantenía vivo. Vagando en soledad.
Ella por su parte se había asomado al laberinto, justo al inicio, y dando media vuelta, siguió su andar.
La libertad era lo suyo. Lo de encrucijadas y laberintos, habían sido pavadas que dejaba a Borges, y desde luego a locos de sueños, que podían andar y desandar con el correr del tiempo. |
Texto agregado el 05-05-2014, y leído por 209
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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06-05-2014 |
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Un laverinto profundo y engañoso. Cogito |
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05-05-2014 |
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!Muchas caminatas y caminos enredados. Se entiende algo de ese laberinto. inkaswork |
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