En el patio lleno de plantas descuidadas,
tallos y hojas resecas,
un extinto jardín perfecto.
Lees un libro añoso,
de los que se amontonan en los rincones de mi casa.
El frío no hace mella en tu cuerpo,
y esa fortaleza me sorprende.
Veo tu curiosidad emergente,
demoledora,
y sonríes porque sabes que te espío desde la ventana,
lo hago para observar tu perfil sereno,
el largo de tu cabello que brilla aún bajo el cielo gris…
Estas esperando algo de este lugar,
una fascinación escondida en algún sitio,
un secreto remoto protegido por un ente desconocido.
Miras el jardín seco… las altas paredes agrietadas,
… realmente lo quieres.

“¿Vamos por un café?” preguntas mientras cierras el libro.

Y sé que asumes el riesgo…
Me intuyes… lo sabes.



“Vamos”…