Has perdido todo lo que querías por no dejar las cosas como estaban – me decía enojado mi subconsciente – ¿por qué carajos hiciste eso? ¿Por qué? Contesta! Mierda. De todos tus errores, este es el más grande y este no lo puedes arreglar.
No sé porque hice eso, solo quería arreglar las cosas y solo las empeore, no está, ya no la tengo a mi lado, riéndose conmigo y de mi, explicándome las cosas que no entiendo, calmándola porque la hice enojar, convenciéndola de que es hermosa, abrazándola cuando esta triste, apoyándola incondicionalmente, escuchándola y darle mi opinión o mi consejo, explicándole que cada parte de su cuerpo es especial, pero ya no esta; ¿por qué?, porque cometí otro error, pero quiero recuperarla y poder volver a ver su sonrisa maravillosa, esa risa desenfrenada, su mirada retadora, ese cabello alocado y esos brazos que dan los mejores abrazos.
Pero ya lo dijiste, cometiste otro error y no sé como lo vas a arreglar – me decía mi subconsciente – todo era perfecto, tenías una familia adorable, estabas estudiando, tus amigos te querían, no eras rico pero nunca tuviste necesidad de nada, pero tenias que cagarla.
La extraño mucho, ella me hacia estar feliz y seguro, hasta estando en silencio ninguno se sentía solo, la recuerdo muy bien, le encantaba leer y bailar, siempre fue buena en lo que hacía, le gustaba improvisar pasos de baile, me encantaba cuando me leía, si estaba de mal humor ella me cambiaba el ánimo; no se puede encontrar a otra persona así de especial.
Si sabes todo eso ¿por que no pensaste en lo que podía suceder? En los cambios que podría hacer; pero el señor no pensó solo actuó y no escucho ningún consejo, “el tenia la razón” – me decía en forma burlona.
Y eso no lo puedo cambiar, porque eso no ha pasado y no pasara.