Puerto Principal
Tanto verso, prosa y canciones que se ha escrito para este puerto, lugar de aire siempre limpio, ellos barren la contaminación, vientos que pueden acariciar con su brisa refrescando el calor o pueden llegar a asustar con la fuerza que golpea haciendo que el cuerpo se doble para achicar el espacio que reciba dicho golpe, viento frío, viento negro que hace que aun en verano sea necesario cargar un suéter para capear su accionar.
Los barcos entrando o saliendo, en los días de otoño y verano la tarea portuaria se acrecienta ya que es plena temporada de embarque de frutas y otras verduras; manzanas, uvas, peras u otras clases de frutas, desde ahí navegaran a los puertos América, de USA, Europa y Asia, al mismo puerto llegan las embarcaciones con contenedores con todo tipo de baratijas, todo lo imaginable que pueda ser vendidos acá, la imaginación de los poderosos ha descubierto que es mejor importar desde el Asia a fabricar en el país ya que la mano de obra es más barata allá que en el país todo, los uniformes para los niños chilenos llegan desde China, lo mismo que las camisas y hasta las corbatas, sigue siendo verdad lo de la canción mejicana “maldición de malinche” dice Amparo Ochoa, “y seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio” llegan a puerto todo tipo de cuentas que en las tiendas siempre encuentra a alguien que las compre con dinero plástico, por Puerto Principal fue conocido Valparaíso y si lo era sobre todo antes de la construcción del Canal de Panamá ya que era el primer puerto luego de cruzar el Cabo de Hornos allá en los mares australes en aquel canal natural que es el Estrecho de Magallanes, en el puerto anclaron muchas naves de todas las banderas y el color y calor del puerto dejo varados a tantos marinos así que las voces que se oían en el puerto sonaban extrañas al lenguaje chileno, poliglota y colores no solo de flores y ropas colgadas sino que en la piel de aquellos que se quedaron por estos lugares. Solo que como puerto las actividades son también variadas, en los muros del molo había una cantidad impresionante de pescadores de jaibas, con sus chinguillos como aros de basketbol en los que en su parte inferior le ataban cabezas de peces que servían de carnada, las jaibas entraban en el canastillo y ya no podían salir, luego subirlas y sacar aquellos pequeños animalillos con tantas patas y pinzas, sabroso alimento, que mas tarde o eran vendidas ahí mismo o gritadas por las calles del plan o los cerros que acompañadas de un buen vino blanco o solo un vino pipeño de la última cosecha de los campos de Chillán o Portezuelo, vino grueso, turbio, dulce con el sabor de la uva, mezclado con helado (mantecado) de piña constituirá ese néctar que llamamos “terremoto” Es terremoto ya que al beberse el medio litro es probable que se quede todo tembleque, y si se bebe el segundo vaso que es la “replica”, es probable que la humanidad se vaya al piso como una casona de adobes frente a un sismo grado 10. Pero hablábamos de jaibas, cocidas y comidas así solo con limón o hecha pastel es manjar de dioses como dice la gente, solo que hoy ya no están los pescadores que daban vida a la costanera aun cuando el gitano diga que entristecían el paisaje, hoy el panorama ya no es el mismo sin ellos.
A este puerto se regresa una vez y otra, aún cuando sus playas sean tan estrechas pero los recuerdos son tan anchos y extensos, si hasta el primer beso lo recibí en una de sus playas, beso que quedó grabado como creo que es el primer beso para cualquier humano, recién es la etapa que la gente acá llama “la edad del pavo”, por que lo normal que nosotros en esa edad somos tan bobalicones, pero así y todo aquella era una muchacha con 4 o 5 años mas la que para decir verdad el la playa de Caleta Abarca me regalo el primer beso por el calor de la media tarde sus labios eran cálidos no recuerdo su nombre pero si recuerdo el calor del beso, esa sensación tan bella que son los labios de la persona amada, pasó la semana regresó a su familia en otra ciudad y quede estacionado por parte importante de ese verano por allá en la ciudad de Quilpué, debe ser una de las playas mas conocidas de esta Chile por que el Municipio construyó en el faldeo del cerro más cercano el Reloj de Flores que adorna tanta postal de Viña del Mar.
Algunos años mas seguí viajando a lo menos un par de veces por mes para ver al padre que se recuperaba de una complicada operación que le dio algunos años mas de vida, hasta que él regresó definitivamente a Santiago.
Picado de la Araña
Luego cada cierto tiempo hice viajes a Valparaíso, actividades de carácter gremial como también de descanso de un largo año de trabajo, el año 75 inicié un largo periodo de estadía allá en el puerto fue un par de años que marcaron mi vida hasta quien sabe cuantas vidas más.
Picado por la araña del rincón o la de poto (trasero, culo) colorado llegue a Valparaíso asomando setiembre de ese año, quedando varado como una nave que encalla en las rocas, algo mas de dos años, esta estadía en valparavientos situación que hizo llegar a amar el caótico lugar, mas aun da por cierto eso de que “no se puede vivir sin conocerlo, por que realmente ata o amarra como el hambre” de sentirse batido o movido por los vientos sentir que si uno tuviese tirantes y atado a esos tirantes un hilo, podría ser algo así como un volantín (cometa, siringa, papalote) que baila en los cielos porteños, como también descubrir por propios ojos que el mar se ve majestuoso desde cualquiera de los tantos cerros, para llegar a él, hubo primero que pasar por muchas peripecias que hoy se ven livianas, pero que realmente fueron complicadas, desde las arenas del desierto nortino, los cerros metálicos y el mar casi tibio de Antofagasta al frío mar de Valparaíso, quedó atrás el sol atacameño, la universidad y también la novia de pocos días, quedó allá encarcelada y es que simplemente a los tiranos no les gusta la gente que piensa de diferente manera a ellos, hermosa morena de cabello liso y rasgos de los antiguos atacameños, los ancestrales aymarás o chonos marinos, mas tarde sería lanzada al destierro en el frío y acuoso Valdivia a la que llegó con las marcas de la tortura evidenciada en sus muñecas que muestran los cortes para dejar de vivir y de paso no seguir sufriendo la tortura física y sicológica que le dieron los policías de Pinochet, no la saque liviana tampoco, solo que no me encontraron en aquellos días, la casa en que residía desarmada para encontrar algún papel incriminatorio, por que para los dictadores la palabra escrita es tan peligrosa como un arma de fuego, expulsado de la universidad y ellos (los chanchos=cerdos) los policías con alguna foto reciente y con los datos identificatorios, a Valparaíso a estacionarse una vez salido del circulo que cada día se achicaba mas, no se podía ni visitar a los familiares mas cercanos, ni a la madre y tampoco a los hermanos, y lo que es aun peor o que de a la situación algún viso simpático, picado por una araña, pero ser picado por una araña no es lo mismo que ser “picado de la araña” sol dos tipos de arañas son venenosas en este Chile, la picada de una puede ser mortal si no se trata a tiempo, es la picada de la araña del rincón, llamada así por que se esconde en las partes oscuras de las casas antiguas hay otra que se la come que es la de poto colorado, una de ellas es la viuda negra, de la picada de una de ellas surgió en el país él titulo de “picado de la araña”, este mote se lo han dado a los hombres demasiado enamoraos, que pican aquí y allá, la razón, el veneno de la araña tiene la cualidad de ser un vasodilatador fuerte que llega a matar, pero, antes de la rigidez post morten, genera una erección significativa, solo que dolorosa, al morir, bueno fallece con las botas puestas, por ello eso de picado de la araña.
Por aquellos días tan aciagos estaba aun en casa de Rosario (mi hermana) para matar el tiempo cosechar la tierra era buena cosa, unas lechugas plantaba ese día, el calor hizo que me ubicase bajo el sauce llorón que estaba en la puerta de la parcelita, por casualidad en la rama que me dio en la cabeza había una araña que hizo su trabajo en el cuerpo, la picada produjo fiebre e hinchazón en la cabeza cerca una posta de primeros auxilios de la Cruz Roja, allá llegue picadito de la araña, (según dijo la doctora) aun nada se colocaba rígido, y ella hizo lo suficiente para que saliera de la situación, inyectó algo, en la cabeza comenzó a cortar con una tijera pequeña, cortó un buen trozo puso antiséptico y un parche, con citación para continuar la curación el día siguiente, y continuo cortando el parche crecía, si hubiese estado canoso como hoy no se habría notado el parche, pero, hubo un día en que ya no fue posible seguir yendo a casa de la hermana, hasta allí llegó los sicarios del tirano, interrogaron a todos incluidos Nadía que tenía menos de 4 años, bueno, se terminaron por un par de meses la salida a la calle, ahora metido en una habitación en el día y en las noches salir al patio de la casa en que me brindaron asilo, al menos no salía con ese inmenso parche que mas hacia llamar la atención y si alguien es buscado, bueno las miradas inoportunas son mas, en la casa con los implementos para seguir curando la cabeza, larga la picada, tres meses, lectura de novelitas rosa de Corin Tellado o pistoleros de Stefanía.
Y un día estando en la habitación leyendo alguna cosa de aquellas que me permitía, llegó el amigo, aquel que me visitaba de cuando en cuando y me pide que me traslade a Valparaíso, fue un buen día la necesidad de salir del encierro hacia que aquel día fuese soleado y mas aun cuando la primavera se acercaba, el puerto el destino, me despedí de mi hermana y madre de los sobrinos ya que pensaba que podría ser la última vez que los viese, así que llegué nuevamente al Valparaíso de tanto recuerdo, todavía tenía el parche en la cabeza, medio día el puerto luce con sol, el aire marino llena los pulmones, la Avenida Argentina con Pedro Montt, lo mejor es bajarse antes de llegar al terminal de buses ya que en ellos siempre hay agentes de la dictadura, además que el lugar elegido para reunirse con la persona que pasará a buscarme está cerca de ese sector, en una de las subidas del cerro Barón, un restauran que es el Centro de uno de los sindicatos de trabajadores del puerto, algún tiempo de espera, almuerzo allí mismo en un instante entra el amigo, nos conocemos desde años, 10 o más años de amistad, no sabía que ahí estaba, él también complicado, es el Leo, un abrazo fuerte desde el 11 de setiembre del 73 no nos encontrábamos, leo, pronto ha de salir de la ciudad así que yo llego y el prepara su salida, este sería uno de los últimos encuentros, debió asilarse en una embajada, a su regreso al país unos años mas tarde fue asesinado en la calle. Primer domicilio Viña del Mar a escasos 10 minutos del puerto sector de Chorrillos en casa de un conductor de ferrocarriles que casi nunca está y más aun que en un par de lugares en donde el tren se detiene él su vez tiene otra familia, pasado un par de semanas hay que mudarse de vivienda ahora en Reñaca Alto, sector rural de Viña del Mar la casa es de propiedad del suegro del leo, en casa tiene una crianza de conejos me piden que les alimente y les de aguita, el agua hay que sacarla del pozo, cada mañana darle vuelta a la noria para que suba el balde con agua, a veces sube un sapito café, cada vez que sale un sapo, este es lanzado por mi al jardín, conclusión, los conejos con el pasar de los días comienzan a morir de hambre y los sapotes no podían ser sacados del pozo ya que la creencia es que habiendo sapos en el pozo hay agua, si se mueren estos el pozo se seca, lo que sí es cierto es que los sapotes se comen los mosquitos y otros insectos que bajan a habitar en la superficie del agua, ya cuando quedan 5 asimilados el dueño muy cordialmente me pide deja la casa por que se va una hija a vivir a ella, solo que creo era la muerte de sus conejos y la posibilidad que se secase el pozo, de Reñaca Alto a Miraflores Alto, misma Viña del Mar, ahora paso a integrar la familia, sobrino de la dueña de casa, la tía Ida, para llegar a la casa, hay que subir cada día la larga escalera un par de cientos de escalones que hacen muy bien para la salud. Con los días se comienza conocer el paisaje humano de la zona, hasta que a los meses casi se me cae el pelo, en una casa del mismo cerro sale y entra gente extraña, cada vez que paso por el sector en la noche hay silbidos extraños, una noche al doblar por él recodo del camino, hay un auto en la puerta de esa casa, los silbidos se incrementan al acercarme a dicha propiedad, de la casa salen dos persona acompañadas por dos hombres, lo curioso es que dos de los que salen están con sombreros y lentes para el sol, los sombreros son de ala muy ancha metidos hasta las orejas, los colocan en el asiento trasero al medio, en las puertas del auto dos tipos, al pasar el aire es frío, un escalofríos recorre el cuerpo, luego de caminar unos treinta metros otros silbidos. Días después hago el comentario a la hora de almuerzo, la historia era mas larga, la casa en cuestión era de propiedad de un militante de izquierda, se la requisaron y era utilizada como centro de detención y tortura, los que llevaban sombreros deben haber sido dos personas que quizá desaparecieron lo mismo que un par de miles de personas en este Chile. Fue una noche muy larga tantos años durmiendo sin saber donde se iba a despertar al siguiente día.
Desde el cerro de Miraflores Alto no se veía el mar como desde cualquier cerro de Valparaíso, era Viña del Mar, solo parte del estero Marga Marga que los mapuche llamaban Malga Malga, que bajaba desde los cerros de Quillota y el interior, estero en que los mineros lavaron oro, aun en algunos lugares en la ribera del estero se ven gente con sus canoas y sus chayas lavando la tierra una y otra vez a ver si aparece la pepita de oro que hará del lugar algo que los haga ricos, mas arriba en los cerros se ven las Palmas chilenas, conocidas como palmas de Ocoa, milenarias palmas, de año en año en primavera florecen y cada palma dará pocos racimos de coco (cau - cau) son pequeños, no mas de 2 centímetros de diámetro, un par de miles de cau-cau producirá la palma, ya quedan pocas por que han sido taladas, cortadas en su parte mas baja del tronco, un grueso tronco de un metro o más de diámetro de su base colgaran algunos tiestos para que caiga la savia, ella es la famosa “miel de palma de Ocoa” dulce especial para postres, solo que para 500 litros de miel se ha abatido una palma que tarde cientos de años en estar de esa altura, los coquitos, se sacaran y venderán confitados, o se cortaran para confeccionar aros para las orejas de una bella jovencita o un anillo para sus manos. El estero se ve desde el jardín de la casa como también se logra ver el Sporting Club los domingos se oye a los fanáticos alentar al caballo de su elección. Algunos meses viviendo allí en Miraflores, luego ya a Valparaíso, ahí comenzando a reconocer el puerto
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