Diez minutos

8:00 am. Estalla la habitación por un trinar de hurracas que se propagan por doquier hasta alcanzar los tímpanos del que duerme plácidamente. Desesperadas brazadas de ahogado intentando callar las estridentes campanillas rebosantes de vitalidad.

8:01 am. Vuelve la calma al lugar. Un individuo que intenta ubicarse en espacio y lugar. ¿En qué día estamos? Un sufrido y tenue tic tac como respuesta no parece cooperar.

8:02 am. Seguro que es viernes, no logro despegar los ojos; borrosas figuras me invaden el espacio. Una vejiga insiste en que hay que levantarse.

8:03 am. Pierdo el control de mi cuerpo, dejo que las fisiológicas funciones hagan lo suyo mientras repaso los temas para abordar en este día que comienza, solo interrumpidos por esos segundos de gloria que sobrevienen cuando el caudal alcanza su plenitud y un placentero momento nubla el pensamiento.

8:04 am. Froto las manos con abundante agua y junto la suficiente para que me invada el rostro de frescas intenciones. Alcanzo a reconocer a la persona que está en el espejo, algo desdibujada por una incipiente barba que pide atención.

8:05 am Vagos intentos por restablecer la conciencia, tal vez con un minuto logre la reanimación.

8:06 am Enciendo el televisor para saber del tiempo y las últimas noticias. 16 grados de temperatura con cielo despejado. Demoras en la autopista Ingeniero Carranza por obras de repavimentación.
Afortunadamente no coincide con mi derrotero diario.

8:07 am Un despejado meteorólogo me termina de configurar la jornada que se avecina, no va a requerir de abrigo todavía fruto de un otoño que quiere quedarse un poco más.

8:08 am Un adusto periodista político comienza con las efemérides del día y quiere celebrar con sus televidentes el Día de la Independencia.

8:09 am Pocos segundos me hacen pasar de la alegría a la desazón, una injusta jugada del destino me condena a cumplir con mis obligaciones.

8:10 am Un feriado en el que todos descansan y alargan sus despertares y un condenado médico de guardia del Hospital Central que tiene que salir a salvar vidas.

OTREBLA