El Reparto
Integrábamos una barra de amigos de distintos niveles sociales unos estudiaban, la mayoría trabajaban, teníamos varios puntos en común, salir a divertirnos, bailar, levantarnos una minita ,pasarla bien, los resultados de nuestras andanzas eran diversos, las mas de la veces, la suerte nos era esquiva, bailábamos, franeleabamos hasta quedar al borde de la agonía ,pero pocas veces llegábamos a consumar el acto que tanto deseábamos
Por distintas circunstancias , enfermedades, disputas, noviazgos efímeros, hacia un tiempo que no coincidíamos todos en La Cueva,, el boliche donde hacíamos la previa. antes de salir a recorrer la zona,
Ese día estábamos casi todos, Ricardo (El Petiso), Carlitos, (El Negro) Ramón, Agustín (Yo), habíamos pedido una de las famosas picadas del lugar, y charlábamos de todo un poco, intercambiando información sobre nuestras aventuras amorosas y poniéndonos al tanto de las ultimas novedades.
Che, hace mucho que no veo al Coló, en que anda? .Pregunte mientras atacaba una aceituna. El Colo era el galán del grupo, el siempre tenia minas era un ganador, pero eso si, le duraban poco. Además era el propietario de un Chevrolet 27, remodelado a nuevo, el medio de movilidad principal en nuestras correrías.
Quee… no saben la ultima, dijo Ramón, masticando un dado de mortadela, el Coló se Junto con la M…
Noooooooo que suerte que tiene el loco con la minas expreso Carlitos, mientras le daba a un trozo de roquefort.
(Pero no le duran mucho pensamos todos)
Esta rebuena, tiene un lomo espectacular y unas gambas bárbaras manifesté
yo, mientras me embuchaba un trago de jerez Tío Paco, de moda en esos días.
Y un par de tetas impresionantes acoto Ricardo, dándole al jamón crudo sin compasión.
¿Estará de luto esa mina? Siempre se viste de negro dijo Carlitos, el único vinero del grupo
¿Desde cuando viven juntos? pregunte.
Hace más un mes, dijo Ramón ,el mas informado de todos, viven en la chacra que le dejo el viejo al morir, su madre se vino a vivir al centro
Tendríamos que ir a verlos, pero que parezca casual dije yo, el Colo , es muy reservado para estas cosas.
Es un amigo, tendríamos que ir, por si necesitan algo, dijo Carlitos
Mañana vamos dijo Ricardo, el dueño de un Rastrojero, móvil sustituto, de la barra, mientras terminaba su cerveza.
Al otro día rumbeamos hacia la chacra, el calor era agobiador, la polvareda que levantaba el utilitario, sumada a la de algún vehiculo, que nos pasaba, nos sofocaba hacia tiempo que no llovía y los gringos lloraban como siempre, la posible perdida de sus cosechas (algo que nunca ocurría en nuestra pampa húmeda), a lo pocos minutos, vimos aparecer la chacra, el Chevrolet verde del Coló se destacaba , haciendo contraste con el blanco de la casa frente a la cuál estaba estacionado , al fondo , cerca de los chiqueros , se los veía a ambos.
Frente a la tranquera, Ricardo hizo sonar la bocina, mientras saludábamos con la mano, pasen invito la M….., la tranquera esta abierta.
Así lo hicimos, el Coló estaba hachando leña, tenia un físico de atleta, transpiraba, y apoyado en el mango del hacha nos miraba como diciendo ¿que mierda vienen a hacer aquí? , sin invitarnos a pasar a la casa a tomar algo , como esperábamos que hiciera
La mina era hermosa, vestía una shorcito negro y un top del mismo color que resaltaba su piel pálida , al moverse hacia bambolear peligrosamente sus opulentos pechos, tenia entre sus manos un perrito que parecía un velloncito de lana blanco, con una cinta roja que le rodeaba el cuello.
Son amigos de Mario? Preguntaba ella, creo haberlos visto con el.
Si respondí yo, nos conocemos desde hace mucho, tiempo, vimos el coche y decidimos preguntar como andaban.
A a todo esto, el Coló miraba y no decía nada., ella también callo.
Para romper el silencio, que se hacia aturdidor, se me ocurrió preguntar por el origen del pichicho.
Me lo regalo mi mama, que vive en el centro, cuando se entero que nos habíamos juntado . musito ella con una voz empalagosa, mientras le acariciaba la cabecita, el perrito movía alegremente su rabito.
El Coló rompiendo su mutismo dijo , no me lo regalo a mi, la primera vez que vino a visitarnos
Ese día me lo regalo a mi , reitero ella , su voz era melosa y pausada
Nooo dijo el Coló empezando a levantar la voz, es mío, me lo dio a mi.
Es mi perrito lindo decía, la mina besándole la naricita, me lo regalo mi mami.
El Coló ya vociferando dijo, termínala, el perro es mío y se acabo.
Mío, mió decía ella… me lo regalo a mi, mientras pasaba su lengua húmeda por la pancita rosada del animalito
El Colo, dejo el hacha, le arrebato el perrito de las manos lo puso sobre el tronco y de un solo golpe lo partió por la mitad, el pichicho no emitió sonido alguno, su pequeña colita se seguía moviendo, la cinta roja pasaba desapercibida por el color de la sangre que la empapaba.
Listo, exclamo el Coló, la mitad para cada uno y todos conformes.
Sin decir palabras retrocedimos hasta chocar con la tranquera, subimos al Rastrojero y en silencio emprendimos el regreso.
Faltando poco para llegar comente, -con razón no le duran las minas- , es cierto, no le duran dijo Ricardo.-
Agustin Secreto
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