Heridas en el alma que aparecen sin discurrir,
savia envenenada que atormenta mis días,
y hace de mis noches fuego que lacera.
Palpitar que menoscaba mi frágil existir,
Polvo de arena que desmorona la armonía,
la calma y la conciencia de mis sentidos.
Quimeras ocultas, malsanas, regicidas,
dejaron huella en una vida que no fue la mía,
en un ayer del que casi no tengo memoria.
Me cobraré la revancha, recuperaré mi vida,
desplegaré mis alas de cristal, no seré dría
atada a un árbol, haré mi propia historia.
Enfrentaré mis fantasmas y temores,
con el único escudo de la razón y fortaleza,
con el corazón impávido saldré de la fosa.
No habrá retorno, ni mirar atrás, ni dolores.
Renovada el mundo volverá a su belleza,
viviré mi propia vida, seré el ave victoriosa,
que revolotea airosa, hacia la felicidad.
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