!Ciego! se aventuró en el laberinto de su cuerpo. Comenzó a recorrerlo desde la punta de los cabellos. El primer escollo librado fueron los ojos. El siguiente los labios. Ascendió confiado las colinas de los senos. Y se quedó atrapado en el centro de aquel universo. Uno más que muerde el polvo. Exclamó la bella diosa, mientras extraviaba la mirada al infinito. "Another one bite the dust"
Texto agregado el 30-04-2014, y leído por 183 visitantes. (1 voto)