No tengo nada que decir de ustedes,
porque ya me han dado tanto,
no tengo nada que decir de los caminos,
ni de las avenidas,
ni de las comidas,
ni de las sorpresas,
no tengo nada que decir.
Pero pedirìa que viniera Domenico
a contarme de su dìa,
no quiero detalles,
no quiero horas, minutos,
no quiero detalles.
Tampoco deseo, caras limpias.
Quiero caras nuevas,
que sepan a juventud,
que tenga sabor a fruta fresca
a un helado de yogurt con frutas del Bosque,
que conozcan del Africa y sus elefantes que corren con amor,
y que me lleve a observar de lejos y asustado un leòn,
que me cuenten del Japòn y su pescado
y sus guerreros samurai,
de la muralla China,
y de las frutas exòticas,
y de un amor que ya curaste y de una risa que no termino de serlo,
que me digas de Marroco,
que me endulces con la Albania,
o con el olor de los quesos franceses,
que no tengas verguenzas de tus aventuras
que no tengas miedo de mis sorpresas,
quiero que me cuentes una historia
con precedente,
con olvido
y recuerdo
y olvido
y antigua
y reciente
y tener memoria
pero mucha.
Quiero imaginación reciente
y antigua de mi capital, que es Lima,
quiero un Queirolo, quiero una Plaza San Martín
con toda la peruanidad y delincuencia que pueda existir,
quiero conocer Ayacucho o los parajes ocultos de Paracas, quiero ir bien lejos y también cerca.
Pero quiero que me cuentes,
desde dónde te encuentres
y me alimentes de sueños
de eventos,
!de vida!
!de encantanto!
Y me hables de la reproducción de las sardinas
de los delfines
de los pollos
de los patos
de los cerdos
de....TODO.
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