Bajo la misma piel parte 3

-tú no te metas – dice un hombre desagradable.
-que la dejes – dice el buen hombre. Y se empezaron a golpear.
Asustada por lo acontecido me alejé de todos. Los malos se fueron y el buen hombre se quedó en el suelo y lo auxilié. Cuando se puso en pie y levantó la cara, vi los ojos más hermosos, eran grandes y de color azul.
Quedé tan impactada que no podía responder a sus preguntas
-¿estás bien? – dijo él.
-si… claro – dije después de varios segundos.
-hola me llamo Luca – dice el hombre de complexión delgada y de ojos grandes de color azul.
-hola, yo soy Margot – dije dándole la mano en signo de agradecimiento por lo que hizo por mí - gracias por esto, tu sabes, lo del asalto.
-no te preocupes, esto pasa muy seguido. Se me hace muy raro que una joven como tú ande sola por estos lugares de mala muerte
- bueno es que vine a buscar a alguien que vi ayer por la noche que me pareció que necesitaba ayuda. Fue antes de la réplica.
-y quien era esa persona.
-no sé. Parecía como si estuviera herida. Pero ya no la pude ayudar porque empezó a temblar.
-entiendo. Bueno lo mejor es que te regreses a tu casa porque este lugar es muy inseguro para una chica como tú.

Regresé a mi casa y no dejaba de pensar en el hombre que había visto por la mañana. Era una presencia extraña que me decía que había una especie de conexión.

Mis clases seguían con normalidad preparaba mi clase del día, exámenes, calificaba tareas entregaba reportes semanales. Hacia actividad deportiva con mis alumnos no tenía tiempo para nada.

Hasta que terminó el ciclo escolar y mis alumnos me invitaron a su entrega de diplomas y tuve que ir a comprar un vestido para la ocasión. El día que fui al centro comercial visité casi todas las tiendas en busca de algo. Después se subir y bajar llegó la mejor elección.

-¿le puedo mostrar algo? – dice la vendedora.
-sí, quiero un vestido discreto de noche. – le dije a la mostradora.
-muy bien acompáñeme. Tenemos todo este piso para usted. – y me mostró un enorme piso con puros vestidos de noche en distintos colores. Al fondo de la tienda vi a una mujer alta que elegía un vestido. Me acerqué para saber si era la persona que pensaba.
-¿disculpe esto tiene descuento? – pregunté por un bonito vestido.
-sí. Solo la etiqueta rosa tiene descuento. – dice la mostradora.
-¿cuál será mejor? ¿El negro o el azul marino? – pregunté al aire.
-cariño. Eres demasiado joven como usar colores oscuros. – dice la mujer que estaba a mi lado.
-¿perdón? – respondí confusa.
-sí, mujer. Eres muy joven hay colores más bonitos para lucir tu belleza.
-¿perdón? Pero creo que nos conocemos o ¿no? – le pregunté.
-Me llamo Friné – dijo la mujer de ojos grandes en color azul.
-¿nos conocemos? – dije frunciendo el ceño.
-no cariño. Creo que es la primera vez que cruzamos palabra. Bueno solo aquella vez en el estacionamiento. – dijo la bella dama con una voz muy delicada.
-yo me llamo Margot.
-mucho gusto – dijo la bella mujer - mi niña hay colores mejores que ese. Te voy a mostrar otros. – dijo al parecer la experta. Me llevó a los colores pastel. Y elegí uno de color rosa pastel con algunos detalle en el corseé.
-¿cómo se me ve? – pregunté al salir del probador.
-¡oh! Te vez hermosa – dice Friné.
-bien. Me lo llevo.

De pronto la bella dama de nombre Friné con un atuendo algo desaliñado desapareció dejando un el vestido que llevaba en la mano. La cajera dijo que la mujer no traía dinero para comprarlo.

Continuara…