Llegaste temprano cual sequia imprevista,
arrebatando mis clamores,
arrebatando mis deseos
desde el más recóndito rincón de mi ardiente cuerpo,
porque estas en mí y yo no en ti,
eres mi penitencia más latente,
como si fuese fácil caminar de rodillas,
tu traición ha hecho que sucumba ante lo vano de mi existencia..

Después de la borrasca que se levantó por tu traición,
mi cuerpo deseo nuevamente estar junto a ti,
mil deseos retornaron de lo mas bajo de mi precariedad,
poseerte bajo la lluvia,
es la más lujuriosa interpretación de una tonada de dos cuerpos,
dos cuerpos que se funden cual llamarada enardecida,
enardecida por lo más exhaustivo de nuestro amor.

Intuitivamente estaré esperándote nuevamente bajo la lluvia,
bajo la lluvia de agosto,
ese Agosto que me recuerda tu cuerpo rosar el mío,
pero que me recuerda tu traición.