Oh femíneo guardián que se yergue tembloroso
ante la presencia del cíclope enardecido
quien busca invadir la gruta que celoso guarda.
Al grito de guerra se convierte en gemido
frente al invasor erecto, potente y goloso
quien invade la húmeda hendidura y la abocarda
penetrando raudo a ese espacio tan escondido
donde la mujer los orgasmos con llave guarda.
Entonces el guardián retoma su innata esencia
pues en el goce que siente en la ardiente derrota
olvida al dedo índice otrora complacencia
sucumbe enardecido al tirano que lo frota.
¡Oh apéndice!, que al entregarte eres victorioso
lubricando con placer la gruta que guardabas.
¡Levántate fénix! a la lucha presuroso
pues volverá el cíclope ansioso que esperabas.
Texto agregado el 24-04-2014, y leído por 771
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Lectores Opinan
28-09-2016
a veces un lengua habil, logra abrir ese candado, te lo dice un jubilado satini
08-09-2016
hermosa oda a un compañero de placeres , te felicito rulosodemonserrat
05-09-2016
Umm...ese apéndice es el guardián de la gruta de las maravillas. Habrá que sobornarlo, frotarlo, acariciarlo...**********
"Todo un gusto" su trabajo grilo
29-03-2016
Pero qué específico... marcellasant
20-03-2016
Leo esta poesía y me paree impresionante, erotica y poderosa. Si no fuera delicado diria que me ha dejado con la boca abierta KQ58