UN CUENTO DE HADAS
En un reino lejano de eterna primavera, de ríos con cascadas y campiñas sembradas de trigales y flores, con bosques habitados de pájaros cantores y animales que puso el señor en la tierra, vivía un joven príncipe que no aspiraba al trono. Su sueño era tener el amor de una hermosa doncella, casquivana y coqueta que ignoraba sus fogosas miradas. Y ete aquí que un buen día en que el príncipe estaba lamentando su pena a la orilla del agua, a la sombra de un árbol, sentado en una piedra, pasó por el sendero un hada en bicicleta. Se detuvo al ver al joven que lloraba y con voz cariñosa le preguntó. – Qué os pasa…que dolor tan profundo atormenta tu alma, que haces crecer el río volcando en él tus lagrimas?...
Sorprendido el mancebo, levantó la mirada de sus ojos celestes cubiertos de rocío. Con sus rosados labios esbozó una triste sonrisa, y conteniendo el llanto exclamó.
,- ¡Oia ..Voto a dios… Sois un hada!...
.- Para serviros Señor… Perdonad mi presencia, mas te vi acongojado y me atreví a interpelarte
para curar tu alma.
.- Sufro de mal de amores por culpa de una ingrata que desdeña mi presencia, que ignora mis miradas y me tiene cautivo de su amor imposible, llorando acongojado y matándome a paja.
Hay señor, cuanta pena me causan tus palabras!...Pero yo te aseguro de que serán curadas,
cuando un día tus ojos capturen a los suyos, te ofrecerá sus labios, te besará en la boca y sabrás en tu cuerpo que se cumplió el milagro…Dicho esto le tocó la cabeza con su varita mágica, y le llenó el cabello de bellas mariposas.
Y fue un día en que paseando por el bosque, en una encrucijada sus cuerpos se encontraron, a ella le causo gracia ver volar de su pelo cientos de mariposas multicolores, lo contempló extasiada, lo besó en los labios…
Y el príncipe feliz se volvió sapo.
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