Si algo (lamentablemente) caracteriza a nuestro país, o lo ha caracterizado últimamente es la violencia en contra de los periodistas. Tan solo en el primer año de gobierno del copetón (Enero-Diciembre 2013) han sido asesinados 3 periodistas más doce ataques a edificios de prensa. ¿Pocos? NO; la mayoría de estas acciones ofensivas han ocurrido principalmente en Oaxaca, Quintana Roo, Puebla y Veracruz. Éste último es el sitio donde los atropellos y la impunidad caracterizan los casos de agresión a informadores. El más conocido fue el de Regina Martínez, privada de la vida el pasado 28 de abril del 2012 AL INTERIOR DE SU DOMICILIO. A la fecha, el Barney de Xalapa (gobernador Javier Duarte) ha entorpecido y plantado una gigantesca cortina de humo sobre las indagaciones.
¿Por qué me eché todo este rollo?
La semana pasada la organización “Artículo 19” denunció que la reconocida politóloga Denise Dresser fue intimidada por Manlio Fabio “la Ranita” Beltrones tras publicar una columna donde comentaba el famoso caso de “los moches” en los cuales incurría el 3 veces diputado, senador y gobernador de Sonora basándose en un texto publicado hace 17 años en The New York Times.
Después, Jesús Anaya, coordinador de comunicación del PRI, realiza una carta que posteriormente se publica en el periódico Reforma respecto a la columna de la politóloga y hace referencia al artículo editado por el rotativo gabacho. Además la llama “periodista sin escrúpulos”. En ésta réplica (predecible hasta cierto punto) se desmiente la participación del político (gánster) en estas acciones, pero también aclara que uno de los encargados del reportaje renunció al periodismo tras denunciar a Beltrones.
En ese reportaje los periodistas Craig Pyes y Sam Dillon acusaban a Manlio Fabio de brindar seguridad a los narcotraficantes durante su periodo de gobernador del estado de Sonora. Esto les valió ganar el premio Pulitzer.
Dresser se defendió el 15 de abril en el noticiero de Carmen Aristegui argumentando que en el comunicado del PRI se establece que los encargados del reportaje fueron despedidos del rotativo estadounidense y éste se disculpó; ni una ni la otra. Lo que si es cierto es que los norteamericanos fueron demandados y casi pisan el tambo. Lo falso es que The New York Times se haya disculpado; de igual manera es falso que Craig haya abortado su labor por causa del texto, renunció simplemente porque quería. Hasta ahí suena suave el asunto, lo malo (más) del caso es que el limpio y tolerante político-rana divulgó a través de una cuanta de twitter links que llevaban a documentos personales de la analista. Ella a través de su cuenta en la red del pajarito azul le pidió a Lía Limón, subsecretaria de asuntos jurídicos y derechos humanos de la SEGOB, eche a andar el mecanismo de protección a periodistas. Como es costumbre, no hicieron nada.
Una vez más se han violentado los derechos de un periodista, lo más curioso es que es de una VERDADERA periodista que analiza y no está comprometida con algún partido político o eje gubernamental. Recuperaré una vieja frase que dice así: “Sí los perros ladran, es señal de que vamos avanzando”.
No nos queda más que solidarizarnos con Denise Dresser, pero también con los demás periodistas que son víctimas del acoso de los que quieren un solo pensamiento; hay que defender a verdaderos pensadores y no a propagandistas al servicio del poder. Venceremos.
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