Se nos ha ido Gabo pero su obra y con ella su imaginación, desbordante como la inmensidad del firmamento que ahora lo acoge, es inperecedera, es simplemente, !mágica!. Su espíritu ha logrado elevarse cruzando los limites de lo mundano, tal como un día lo hizo Remedios la Bella, el personaje de su obra, quien con túnica y todo, levitó hacia el infinito para nunca mas regresar.
La muerte de Gabo ya se anunciaba desde hace años en que nos enteramos, con pesar, de la enfermedad incurable que padecía. Por eso, decidió cerrar filas y no aparecer muy seguido en público. Además, buscó refugio y tranquilidad fuera de su tierra natal cuando se le sindicó, torpemente, ser ayudante de las guerrillas colombianas que el Nobel, ni en sueños, estaría próximo a cometer.
Aun así, no cesó de crear y crear para delicia de quienes han devorado sus letras, con intensa curiosidad.
A no dudarlo, no hay lector que no haya dejado de soñar, de volar, de suspirar, o reir, al sentir de cerca su relato caribeño, y sumergirse con ropa y todo, en ese mundo de fantasía. Gabo hizo trizas y torció la realidad como si fuera una plastelina colorida y grata a los sentidos.
A una pregunta que se le hizo sobre lo que más le gustaría mirar a traves de un huequito sin ser visto por nadie, él respondió, ingeniosamente:
"me gustaría mirar la vida desde la muerte”.
Ahora que se cumplió el encanto, me imagino que nos mira a la distancia con sonrisa placentera y picarona, este genio que,a no dudarlo, vivió para escribir y escribió para contarlo todo.
En un inicio, se anunció tu muerte, Gabo.
Pero, ahora
!Se anuncia tu inmortalidad!. |