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Bajo la misma piel parte 2
Quería recordar su cara pero no podía solo recordaba esos enormes ojos color azul. Me levanté y fui al mismo restaurant para ver a esa mujer y preguntarle su nombre y sobre todo presentarse. Pero esta vez la mujer no apareció se me hizo extraño el no verla porque después de casi un año falto para que se mirara en el espejo de su carro. Por tres semanas dejó de visitar el estacionamiento. Un viernes al salir de la escuela pasé a tomar un café con una maestra para revisar unas guías de estudio, cuando salí del café y di la vuelta en la avenida y la vi. Era la mujer del estacionamiento en muy malas condiciones. Pero no me pude detener para auxiliarla. Por días la busqué por los alrededores de la plaza, en el estacionamiento, las colonias, pero nada.
Era la madrugada del sábado, hacía mucho frio y una alarma sonó. Estaba temblando, de inmediato me levanté para sacar a mi abuelita. Mis vecinos ya estaban en la calle, ayudaron a mi abuelita a salir de la casa. Un vecino dijo que su hija estaba pérdida que no había llegado a comer y se encontraba muy preocupado. Ya pasado el susto una vecina prometió cuidar a mi abuelita en lo que yo ayudaba en la búsqueda de la persona desaparecida.
Di vueltas por toda la colonia, llegué a un lugar que no conocía, prendí las luces de largo alcance y fue cuando vi a una persona difícil de distinguir por la falta de luz. Al principio me dio miedo pesando de qué trataba de un espectro o algo así pero no.
-¿señora? Está bien.
-me duele – dice la persona con una voz algo extraña.
-¿perdón, pero me deja ayudarle? – le ofrecí ayuda a una desconocida, al tratar de ayudarla una réplica se dio. El miedo se apoderó de mí, subí al carro y me fui.
Llegué a mi casa cuando todos mis vecinos seguían en la calle. Al paso de las horas el frio era cada vez más intenso, no había luz ni teléfono, todos los servicios estaban inactivos. Al día siguiente todo regresó a la normalidad pero mi vida no. La curiosidad por saber quién era esa mujer no me dejaba en paz y fui en mi carro a investigar.
Me bajé del carro en esa misma calle solitaria preguntando si alguien se encontraba en el lugar y una voz al fondo se escuchó, un par de hombres salieron con unas armas listos para atacarme. Uno de ellos me atacó.
-oye ¿a dónde tan solita? – dice uno de ellos.
-nada. Solo buscaba a una persona – dije muy asustada
-una muchachita tan guapa no debe de andar tan sola por aquí. – dice otro maleante.
-oye déjame en paz. – grité.
-¡calmada! – dice un hombre lleno de tatuajes en el brazo que se veían bastante desagradables.
-¡ven aquí! – y me tomó del brazo para llevarme a su asqueroso cuerpo. De pronto se escuchó la voz de un hombre más.
-¡déjala! ¿No escuchas? ¿O qué? - dice alguien al fondo.
Continuara…
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Texto agregado el 17-04-2014, y leído por 175
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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20-05-2014 |
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UMMM,ESTO SE ESTÁ PONIENDO MUY BUENO.
SEGUIRÉ*****
VICTORIA 6236013 |
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