A centímetros de tu boca,
a kilómetros de tu corazón.
Eres tú quien roba mis suspiros,
con la suave melodía de tu voz.

Te contemplo como una estrella,
tan inalcanzable y radiante,
encandilada por tu brillo,
pero sin esperanzas de atraparte.

Han muerto los rastros de fe,
mas no las ganas de tenerte.
Colgada en un sentimiento,
donde me ha abandonado la suerte.

Amor, nunca serás mío,
ni eterno será lo que siento.
Pero podrás estar seguro,
que fui la única que dio varios intentos.