... y te extraño.

No puedo dormir amor, me haces falta... mucha falta.
Te voy extrañando con los días,
mañanas y tardes.
Te voy extrañando con la sutileza de negar el olvido.
Te voy extrañando, no lo negaría, no puedo negármelo ...
Y como hacerlo si al caer del día
me encuentro extrañándote en esta cama
donde estoy tan sola.
Con pasos dictados del corazón, te lo digo...
Con brisas húmedas de mis miradas tristes,
Con silencios tardíos; constantes,
Con los deseos de tus dulces besos penetrantes,
con el deseo que penetres mis entrañas.
Hasta allí, dónde el olvido se aleja y mi carne ansia la tuya,
allí donde más me agito...
Y solo existe el recordarte eterno.
Así, te voy extrañando,
y tú lo sabes...
que te deseo cada día, cada tarde, cada noche...


Bárbara Lavín ©