Somos una especia maldita. Eso es lo que creemos, al menos si alguno de nosotros es religioso. Desde que el hombre fue creado, fue maldecido por sus errores a "ganarse el pan con el sudor de su frente". Esos mismos creyentes del Tora o la Biblia, muchas veces dirán que "el trabajo dignifica al hombre". Y así crecemos, entre ambivalencias, ideas huecas y todo tipo de contradicciones.
Pero en cuanto al trabajo, debo decir que siempre concordé con la primera parte. No por creyente, mas bien por conocimiento de causa. Si lo vemos fríamente, con un simple análisis nos damos cuenta que el trabajo es una especia de martirio por el que pasamos por voluntad propia, para acceder a una recompensa, que en este caso es el dinero. Dinero que nos servirá para costear nuestras necesidades, que pueden ser muy variadas, y que por lo general no nos alcanzara para todo lo que necesitamos. Menos aun para todo lo que queremos. Y aun mas lejano, lo que deseamos.
Y ya se, van a venir los defensores del trabajo, para resaltar que su labor la realizan con gusto. Que van con la frente en alto a ganarse el "pan" diariamente, el bien ganado "salario". Y que solo los holgazanes reniegan del trabajo. Que las personas trabajadoras son las que mantienen la sociedad, las que sacan adelante a un país, las que ennoblecen al hombre, y la vocación, el sacrificio, y todo ese chamullo que todos conocemos de memoria.
A esas personas las felicito, porque han encontrado una forma de ocupar su vida con lo que hacen, se sienten felices diariamente pasando horas haciendo labores, pensando, enojándose, y todos los problemas y variadas ocurrencias que puedan tener en un centro laboral, o campo, o como quieran llamarlo según sea el caso.
Pero si te gusta tanto lo que haces, y te es tan fácil realizarlo, si es la mejor parte de tu día, entonces no es un trabajo.
Y si te da dificultades hacerlo, pero aun así te gusta, si te salen úlceras, sufres de acidez, tienes problemas de migraña, y aun así dices "me encanta mi trabajo", pues simplemente eres un caso mas de masoquismo en el mundo, disfrazado por la "nobleza" del trabajo que nos vendieron desde pequeños.
Si la biblia fuera cierta, Adán sería un hijo de mil putas. |