Bien sabía Marcos que aquella era la última vez que bailarían juntos aquella canción. La canción que él mismo denominaba "canción para Noelia",del mismo modo que,el alemán de Bonn,Ludwig van Beethoven escribió su célebre "Para Elisa".
Marcos había perdido a Noelia y,esta vez era para siempre. Ya se había acabado eso de tener ahí,a todas horas, a la Noelia que reía junto a él, cuando realmente el corazón de la joven se retorcía de dolor al ver sus tonteos con otras. Incluso con aquella que había fingido ser una buena chica, una chica inocente y pura con mil problemas vividos a las espaldas.
Noelia ya se había cansado de ser siempre la tonta que sufría las viles acusaciones de Marcos,porque ella no pensaba como él. Ella no era una joven radical y tenía claro que nunca llegaría a serlo,a pesar de que él hubiera intentado hacerla cambiar de parecer. Noelia era única y las experiencias vividas le habían demostrado,a sí misma,lo valiente que era.
Era tan valiente que ya no se amilanaría nunca más ante nadie;pero había un problema: su sinceridad hizo que le contara a Marcos como pensaba,le abriera su maltratado y joven corazón e,incluso llegara a hablarle acerca de lo que creía. Sin embargo,Noelia sabía que expresarse en libertad y ser sincera no era malo,sino todo lo contrario.
Por la cabeza de un atolondrado y estúpido Marcos se pasaron todas las cosas que había hecho mal,pero ya no había remedio. Lo único que podía hacer era acudir al baile y bailar una vez más esa canción. Ésta sería la última vez y él bien lo sabía. Al año siguiente se iría por no hacerle más daño y por,aunque al joven le costara reconocerlo,seguir el refrán que dice .
-Es lo mejor y la única opción que me queda,si pretendo salvar mi amor hacia Noelia. No debería haberme comportado como semejante estúpido. La muchacha no se lo merece. Caí en una suculenta pero fraudulenta tentación. ¡Nunca debí hacerlo! Mas,en este instante,no existe posibilidad alguna. Hoy iremos y bailaremos. Esta canción va por ti Noelia. Es la "Canción para Noelia".
Su canción no era de ellos ni de nadie,únicamente del antiguo y famoso grupo que la había puesto de moda,cuando aún los padres de ambos jugaban en la calle, en las tardes soleadas. Sin embargo sentían aquella melodía,la "Canción para Noelia",como algo de su propiedad; algo que nada ni nadie podría arrebatarles. Nada ni nadie, hasta que llegó Lucrecia: la rabia intensa. Chica de malas artes que con coplillas y promesas de amor verdadero,encandiló al tontorrón. La culpa también fue suya,no sólo de la Virtud,virtud que llama a los hombres,en función lo que ellos saben.
-¡Ojalá no te hubiera conocido nunca! ¡Maldito el día en que Lucrecia se acercó a mí! ¡Os odio tanto a ambos que,ni tan siquiera os podéis imaginarlo! Le gritó Noelia llorando,lanzándole su regalo a los brazos. Él ya no entraría más en el corazón de Noelia,¡para eso tenía ya a Lucrecia! ¿Por qué no se iba con ella?
Al fin el baile comenzó y, la música sonó. Marcos se acercó atento, pero Noelia ni le miró el dedo. Dedo con el que señalaba la canción por él deseada.
-¿Me concede usted un baile? (No había perdido el joven la cortesía.)
-No sé qué podré decirle. Esta canción me disgusta, ¡mas no me disgustaba antes! ¿Sabe usted por qué ahora lo hace?
(Ante ésto Marcos se hace el sueco. Por cierto que sabía bien cómo hacerlo.)
-No sé de que usted me habla.
-Pues de que yo antes bailaba con quien me rompió el corazón. Y ahora él ha de buscarse otra pareja de baile. ¿Pero qué están viendo mis ojos? ¿No es esa tu Lucrecia? Pues ve Marquitos con ella.
-Irme ya no puedo yo con otra, pues mi corazón es tuyo. ¡Cesemos de hablar así,que parecemos Tenorios! La "Canción para Noelia" es para ti y,ya acabo de pedirla. ¿Me concedes este baile,señorita? Piensa que a partir de hoy ya no volveremos a vernos. Tú mereces ser feliz. Siento que te hayas enamorado de un idiota como yo.
-No acabarás bien como sigas pensando como piensas,Marcos. ¡Menos mal que ya me libro de ti!
-Me lo concedes ¿sí o no?
-Vamos,diré que sí y,no por hacerte feliz,sino por ser tan sincera, como en su día ya fui.
Mientras los jóvenes conversaban comenzó a sonar la llamada,por ellos mismos,"Canción para Noelia".
La pista se hallaba repleta. Todos querían bailar con su pareja,pero para alguien fue todo distinto. Para alguien aquel baile no era un baile romántico,precisamente;sino que era el más triste de todos los que habría de vivir a lo largo de su existencia. Y todo por su obstinación de negar lo obvio,su obstinación por negar aquello que,en realidad,sentía su corazón.
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