Eres ansia viva que punza mi costado…
destrenzado venero en los ojos insondables del abismo

reguero de luz
y demencial espasmo en mi cerebro

en mi cruz
inerme avidez de ensueños
siempre ocultos
detrás del velo de la inconsciencia

tras los parpadeos de un nebuloso ventanal
asombro de niño
que busca una respuesta en la copiosa tormenta
o en un lejano paraje de cuentos y leyendas.

Susurras a mi oído
imponderables palabras
como queriendo trazar de nuevo
apartados senderos que han sido
desmembrados por el tiempo proceloso

para qué…
hacia dónde quieres guiar mis pasos…
en silencio me dejo llevar
por el oleaje primoroso de tus labios

un enjambre de trémulas estrellas gravitan mi pecho...
la Luna contempla cada imagen
noctámbula errante jugando con su espejo
entre la Tierra y Sol...

halo embriagador de sus propios anhelos;
corona excelsa de la noche
elevas
la ondulante silueta de los mares
con suaves arpegios
que se desangran en hilos de plata
y en fértil espuma
en el pedregoso umbral de mi memoria.