Mi barco naufragó el año pasado por estas fechas. La muerte coqueteó conmigo durante varias noches de tormenta plagadas de fantasmas sudorosos. Pero después de masticarme por dentro y por fuera la marea me vomitó en esta isla gris y fría en la que me encuentro ahora. Sin espejos sé que en este año mi cuerpo ha envejecido diez y mis ojos son ya los de un anciano de forma irreversible.
Necesito que vengas a rescatarme con urgencia. Si te acuerdas trae la botella de vino que estábamos reservando para una ocasión especial, una ración de besos y algo para entrar en calor.
Aquí hace mucho frío.

PD: Si este mensaje no es para usted, por favor, vuelva a arrojar la botella al mar.