¡Basta! Mis miedos ante ti empiezan a disiparse y quiero arriesgarme a ser tuya... ¿Por qué no? Así lo ha marcado el destino. Tu mirada me ha dicho que eres tú el elegido. Y quiero besar tu boca, llenar de mí tu desnudez inquieta. Amarte, amarte hasta que digas... ¡Basta! Bárbara Lavín ©
Texto agregado el 07-04-2014, y leído por 242 visitantes. (7 votos)