Entre las cosas que guardaba en su celda estaba una pequeña pintura de un paisaje, no de aquellos paisajes verdes y frondosos ni tampoco marinos y soleados, era una pintura de un invierno siberiano, donde se apreciaban la ausencia de calor, blancos y grises dominaban el lienzo.
Solía dejar su imaginación vagar, adentrarse en los recovecos de su memoria y reconstruir memorias y olores, imaginación tan prolija poseía que era capaz de vagar por horas y hasta días si se lo proponía.
Una noche se adentró en el lienzo invernal, camino mucho y perdió la cuenta del tiempo.
Volteo a ver sus huellas en la nieve y estas casi se borraban. El pánico lo inundo.
Aquella mañana cuando los guardias revisaban a los prisioneros encontraron su cuerpo muerto de hipotermia.
Jorge P. Guillen
Marzo de 2014
Texto agregado el 03-04-2014, y leído por 122
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Lectores Opinan
03-04-2014
Me gustó mucho tu cuento.Yo ya regalé mi cuadro.UN ABRAZO. GAFER
03-04-2014
Ese cuadro era del mas puro estilo realista e Impresionista, que se lo pregunten al guardia que encontró el cadaver. elisatab
03-04-2014
Me ha encantado la idea y cómo está desarrollada. Enhorabuena. Saludos JuanaIgarreta
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