Cuando viajaba en la micro con destino a mi casa, pude escuchar en el asiento de atrás la voz de una persona, un joven que decía algo así como un rezo o una plegaria, que decía algo así:
“por favor, por favor, déjame ver aquello que no puedo ver, observar mas allá de lo que alguien a observado, déjame ver a quienes están allí, déjame ver a quienes me ven, déjame oír su lo que no puedo oír, déjame oír sus llantos, déjame oír sus lamentos, por favor, por favor ”.
La verdad es que no entendía que es lo que quería ver y quería oír.
Por suerte la micro se vació pronto y quedo solo él y yo en la micro, sin perder tiempo me acerque y me senté a su lado, y le dije:
- Perdona, sabes sin querer te escuche lo que decías, era algo así como una oración, si puedes y quieres, ¿que es lo que quieres ver y oír?
A lo que respondió sonriendo, pero con un cierto vacío en el alma:
- Te lo diré, pero debes prometer que si alguien necesita escuchar lo que te voy a decir se lo digas.
Yo le respondí:
- Esto es una promesa.
Así que el me empezó a contar:
- ¿Tu crees en algo que no puedes ver?, ¿en lo sobre natural?. Bueno en la vida exciten seres a los que nosotros no podemos ver, seres de forma desconocida, que nos observan desde lejos o desde cerca, los encuentras en los árboles, quietos como aves que observan con cierta curiosidad. Caminan a tu lado, te miran como si se preguntaran que es lo que piensas. Bueno es a ellos a quien quiero ver.
Después de escuchar me surgieron algunas dudas y le pregunte:
- Si no los haz visto ¿como sabes donde están y lo que hace?, y además, pedias escuchar sus llantos y sus lamentos.
Y el respondió de la misma forma de antes.
- Haz sentido que alguien te observa alguna vez, bueno ellos te ven de tal forma que llegas a sentirlos. Y sobre lo de oírlos, bueno, ellos lloran y se lamentan de poder ver al mundo pero no poder tocarlo, de no poder sentir la vida de la forma en que nosotros la sentimos, así que se alimentan al del mundo al absorber nuestras reacciones ante la vida. Pero eso es lo que yo creo.
Después de escuchar lo que me dijo que de pensando por un rato. Ya era hora de que el bajara de la micro así que me apresure en hacerle la ultima pregunta:
- ¿Porque?
A lo que el me respondió:
- Porque no quiero morir, pero no encuentro razón para no hacerlo.
Esa fue la Primera y ultima vez que lo vi.
Tiempo después, y tras mucha reflexión, pero mucha, entendí lo que él quería.
Él necesitaba una razón para vivir, y creía que la encontraría en la desesperación de otros, o quizás, que los lamentos tendrían la razón para no hacer lo que el quería no hacer. ¿O el que lee esto tendrá otra forma de entender lo que el quería?
Moraleja: La única razón de vivir esta en la propia vida, lo difícil es encontrarla, lo imposible es no encontrarla.
Con este cuento cumplo con mi promesa, se que la mayoría de nosotros nos es difícil la vida, pero no busques en tus demonio, busaca en tus Ángeles.
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