Lucía en mis ojos es una pieza preciosa de algo casi comparable a un delicioso beso enredado.
Esa mujer es tan desvergonzada, que provoca tenerla a la fuerza.
Ella es tan agitada en su caminar, que ni alcanzándola llegas a ella.
Perfecta dama en la mesa, que da miedo quedar como inútil si te acercas.
Y en sus conversaciones tan malvada, que es mejor no tener orgullo.
En los ojos de Lucía, no soy más que la envidia viva.
Texto agregado el 02-04-2014, y leído por 124
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