ERAN LAS 2 DE LA MAÑANA DEL DÍA SIGUIENTE AL SUCESO. SU PIEL DE DURAZNO ESTABA RODEADA POR UNA ALMOHADA, CAMA Y COBIJAS, SILENCIO Y OJOS CERRADOS. SUS SENTIDOS, AÚN ALERTA, NECESITABAN DESCANSO.

...Cuatro de la tarde del día anterior. Una mesa blanca ocupada por libros con hojas blancas, alrededor habían sillas blancas ocupadas por hombres y mujeres discutiendo… vestidos de blanco. Llega la doncella y observa entre ellos, un sujeto muy negro.

Su piel era un poco más clara que sus ojos oscuros. Ojos que se clavaron en el traje blanco de la doncella, en repetidas ocasiones. “¡Era una mirada que dolía!” –manifiesta-.

Como siempre, su cabello era negro, como siempre largo y como siempre tenía un cigarro en la mano, como siempre en silencio.

"¿Es que acaso aquel muerto tendía a resucitar y a encarnarse en diferentes cuerpos?" –Se preguntó la doncella-.

Todo se tornó confuso… entró en un túnel que tenía todos los colores en uno solo... blanco.

Se quedó dormida… murió hasta mañana, cuando vuelva a ponerse su traje de todos los colores, esperando encontrar en ese mismo lugar, al sujeto muy negro.