Me existes... Soy nombre y tus labios me pronuncian, es entonces que dejo de ser aire y me convierto en suspiro. Soy pensamiento que me existe y mi cuerpo entero sucumbe; a tus brazos de tierno amante. Soy luz de nuevo día y con él; calor de sol sobre tu piel. Soy amor de incomparable Diosa de luz; de vida; de niña hermosa. Un sentimiento surgido; de la sangre; de un latido. Y me existes... al declamar, en un gemido, y en tu altar... Bárbara Lavín ©
Texto agregado el 26-03-2014, y leído por 248 visitantes. (10 votos)