Me juré no escribirte, por eso te estoy llamando desde el inicio del viento...
Quiero decirte... que sin tocarte, afirmo ser...
La espera que tu cuerpo exigía... acariciarte con los ojos...
Con el tacto de mi boca, por el largo de tu piel, llevando a
cabo un examen exhaustivo de tu cuerpo desnudo
Tu boca es parte de mi cuello, busca, besa...
se apropia, con las manos, con los labios...
Me cedo... me contagio...me entrego...
El Goce transforma los deseos...
Cuando entiendes... que tus senos son la demencia de mis manos,
No te equivocas... Cuando tu boca me examina el sexo, los gemidos...
son el alivio a virtudes y supuestas moralidades que se liberan,
que se sueltan...
El placer se descalza como una herida visible
El vértigo baja por tu cruz, enciende el fuego...
Cuando Un cubo de hielo frió se quema a mitad de tu espalda...
De revés... Como es?...
Es mirarte a los ojos, es cerrarlos pudiéndote ver...
Es sentir como llegas... con tus labios, con tu boca...
Sin morir de sed...
Es tu pecho desnudo... el sitio, el lugar... donde el tiempo no pasa,
donde todo se cumple, lo convexo de ti que mi boca tanto conocen...
Ataúd de la luna que se monta en el viento... el despunte del día...
¿Fueron horas o días...?
Senos libres... manos en sostén de tu cuello...
Estepa de tu ombligo suave, yemas de mis dedos que marcan un
Espiral Ligero, roció natural de tu sexo...
Lo ultimo se disfruta tanto como lo primero.
Tus muslos como alas... afines al principio mismo del deseo
Tus ansias sobrevuelan íntimamente el éxtasis de lo exacto...
Simple como la muerte, implícito, tácito y oral como una lección
sin mando, donde el acto de los dedos, descifra un alfabeto tan
nuevo como primitivo...
Total y completa como una obra de Picasso...
Un aquelarre repleto de inmoralidades, un sueño que se cumple
Éxtasis perfecto, crucial y libre donde no cabe, no consta...
Ni concurren, emociones tibias...
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