Las monedas de Santa…

Deben saber Ustedes amiguitos que Santa antes fumaba y en aquel entonces se había mandado hacer un cenicero en su trineo, grande, grande como era él, ya que él fumaba habanos; grandes puros de tabaco orgánico por cierto, pero igual de dañinos para su salud y de sus ciervos también.

El caso es que cuando dejó de fumar, porque así se lo aconsejo el Doctor, no le quedó más remedio que dejar de usar también aquel cenicero de su trineo.

Con el tiempo, fue dejando en el cenicero las pocas monedas que de sus pagos quedaban y le hacían bulto en sus rojos pantalones, amenazando con caerse de plano, o bien, cuando por las chimeneas entraba se caían las monedas por cualquier parte.

Un día, Santa decidió que esas monedas irían a parar al cenicero y la ahorraría para luego hacerlas billetes cuando ya fueran suficientes, pero Dios que todo lo puede y premia a los que dejan el vicio del cigarro y a los que saben ahorrar, le tenía a Santa guardada una sorpresa…

Cada vez que santa gastaba una moneda, Dios le ponía otra llenando de pronto el cenicero…

Pero además Dios le guardó otra sorpresa a Santa. Cuando Santa usaba estas monedas para ayudar a los pobres en cada esquina, dios le ponía a Santa otra moneda más que él usaba en ayudar a señoras viejitas y a niños harapientos
o vendedores de revistas o periódicos, la voluntad de Dios hacía que ese cenicero siempre estuviera lleno de monedas…

Por eso, cuando tu ves que tu Papá, saca y saca monedas en los momentos en que esta parado en la ciudad por los semáforos, y que compra dulces a los pobres y ayuda a las señoras que lo han perdido todo, son tu Papá, Dios y Santa que multiplican el dinerito para ellos…

Ayuda cada ves que puedas a tu Papa, a Dios y a Santa en juntar dinerito en el cenicero del carro,; ahora que ya tu Papá no fuma en el carro…

Y todos tendremos una Feliz Navidad…

Jojojojojo