Recogíase la Luna entre los primerizos resplandores que asomaban al alba, mientras surgía lentamente y lleno de coloridos un ausente sol que desde hacía muchas horas dormía en el más lejano horizonte. El pulular de las estrellas por el universo había desaparecido. Todos aquellos que deambulaban por las noches llenos de luz y vida dormían. El cielo iba dejando la negra oscuridad y tomaba un azul reluciente y fresco, más tarde se llenaría con el calor del astro donde se sumergirían vidas escapadas de la Tierra para alcanzar sus libertades codiciadas y sus sonrisas merecidas. Abajo dejaban lágrimas por algunos amores fracasados, besos perdidos en la niebla y caricias disueltas por el aire.