Mi sal y mi arena despiertas sueñan con orquídeas y maquilladas flamean. El rumbo del fulgor es la travesía que las guía, el lucero rumor y calor fundido al horizonte. Sus bellas melodías fecundan sueños en las musas latiendo al ritmo de la aurora viajando entre soles y amores. Cuanto color en el pincel del agua tejiendo aquellos trazos presagiando su magia con la luma, su corazón en el andén del cielo. La musa se detiene inspirada el color libera su añoranza, una flor desviste en la arena y la sal celosa se contiene. Aunque brilla el día sobre la playa el agua se agita trémula encendida de luces en la espera arrastra su sal, y su arena. Los lirios de la aurora que iluminan fugaces gestando paz entre las penas ahondando más esa quimera. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
Texto agregado el 18-03-2014, y leído por 398 visitantes. (5 votos)