Ay las palabras... las palabras...

Todo queda siempre entre ustedes y yo
somos los últimos en dejar la habitación
o los únicos en habitarla.

Pero al fin las palabras
las mías
las tuyas
que sobrevuelan por mi oído
a través de señales, canales
fierritos y minerales
(¿cómo saber si es real?)
y no un cortocircuito
(de la máquina, no mío)
aunque...

Más piezas del rompecabezas
y encaja todo perfecto en mi mirada
en la sustancia de una idea
muy bien cuidada
envuelta amorosa entre carcajadas
y sonrisas de mermelada
(de rosa mosqueta)

Reverdece un lago eterno en mi montaña
siempre al borde del delirio
o pobre recurso de alejarme de lo real
la imagen de un anciano
sentado sólo en la cocina
viviendo a través de su pecho
una vigilia soñada

Lo que duele
es la intensidad de la sensación
al visualizar.
Lo que duele
es el salto de una realidad
a otra: "¿y por qué no?
si yo lo siento real..."

El llanto desde lo más profundo de tu alma
afloró
se hizo flor
y canción:

"Yo tengo un arrayán que cuidar
y a cambio el me enseña amar
juntos esperamos una primavera de lagos
un invierno nevado - y acurrucados -
en espera de ese amor de verano..."

Cuánto des-arraigo el de mi corazón
Pero si las raíces han sido ya
arrojadas a su suerte
¿por qué hablar siempre de arrancarlas?

¿y si las dejas?

Me cuesta respirar
se me va el viento
(se te van los dioses)
todo redunda en el amor

¿para qué hablar?

¡Ay pero tu voz!

el sonido retumba en mi cabeza
y dibuja tu silueta de burbujas
los recovecos de tu mirada
el tamboreo de tus manos en el aire
la sonrisa impregnada en la cara
- como el perfume de la rosa mosqueta -
(y la frambuesa)

Los soplos que salvan vidas
rescatan lo último del pecho apedreado
ahí va la nena esquivando piedras
en zona de derrumbe y sin casco

¡Los caminos sinuosos son los que llegan más alto!

Desde esta cima se ve un desierto árido
y el oasis tu corazón
la tierra fértil de la vida.

¿Pero que me dices de la lluvia?
del ejercer la escritura
y con cada palabra suspiro tu aura
- ¡un niño de colores! -
mi pecho se aliviana.

Aunque de nuevo la imagen
de aquel viejo solitario
o acompañado más que nadie
que se aferra de lo incierto como cierto
y dibuja entre imaginarios puentes de realidades

Así te acerca acá conmigo
para que te pueda mimar un poquito
y que se me abra el pecho en mil pedazos
lanzados todos a direcciones distintas
hasta que las piezas te vayan llegando

sin nombre ni espacio
sin trampa ni tiempo

sólo el reflejo de tus palabras en mis dientes
en mis labios dibujando besos de canciones
piruetas de rulo a rulo
y pétalos de abrazos.