Esperas sin sorpresa
transitas las huellas
arrastras las penas
enfrías aquellos días.

Es como una nave vacía
que se detiene en el mar,
descubre olas y peces
huele y devora su néctar.

Pero no sabe arrancar,
allí se queda inconclusa
sin dueño, sin destino,
como una orquídea flotante
se desliza impecable
nada detiene su andar.

El mar lejos la ha de llevar
hasta que un día llegue el,
su destino, su capitán
qué perdido en alta mar
busca y busca sin saber qué.

Como su nave va desprovisto de interés
improvisto de recuerdos,
de ilusiones, de amor, solo flota
como un papel seco,
vegeta su apariencia
pero desconoce su destino.

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.