- No suba a la montaña embrujada, forastero. Volverá muy mal... no igual, mal. - le dijo con aprehensión el anciano lugareño a aquel émulo de Indiana Jones.
Y en realidad era muy anciano, tanto que con sus noventa y ocho años a cuestas y décadas en soledad en su cabaña meditando sobre aquel lugar maldito, hasta equivocó el nombre de la montaña. Maldijo sus limitaciones que le impidieron ser mas claro con aquel joven necio.
Solo bastaron dos días y vio al aventurero regresar desnudo, lastimado y profiriendo horrendas carcajadas.
Y la nombró, esta vez, correctamente:
- La Montaña de la Locura.
ggg
Texto agregado el 14-03-2014, y leído por 237
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Lectores Opinan
16-03-2014
*****Tienes un gran toque, es un placer venir a leer aquí. Solo_Agua
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