Tarde
Sol
Ocaso en el lago
Mi cara caliente
Sonrisa en el pecho
Estupor
Calma
Agua clara
A lo lejos: una boca

Esa boca negra a lo lejos
Esa boca llena de
atrocidades,
Grandes como misiles explotando en mis oídos
Esa dentada al aire de esta entrada primavera
Esa corrupta presencia de este día cálido

Me concentro en la brisa que se escapa entre mis dedos
En el olor de un pájaro en el cielo, de ese cielo grande
Y lleno de cielo, y de luz, y sol, olores, agua clara

Y esa boca
Oscuro su gemido en tan cercano camino
Y mi mente entra en la boca y la escudriña
Y mi mano se convierte en puño que atraviesa rápido su grito
Me agarro a su lengua y me perturbo, me perturbo y sin aliento
el día se va convirtiendo en cueva y mi cerebro en caverna llena de puntas

E intento salir al sol, ese sol radiante de ese día azul con sus pájaros y olores
De un día bonito y perfecto
Me cuelgo de un árbol verde
Me abrazo a él con la fuerza que me dejan mis manos que se retuercen

Que se retuercen
Buscando esa lengua y esa garganta
Llena de piedras, llena de gritos
Y en mi cabeza esa boca crece, crece,
crece
Y se lo come todo
Se come el sol
El agua
El cielo
El pájaro
La brisa
La calma
Los olores
La sonrisa en mi pecho
Mi estupor
Se come el lago
Mis manos
Se come el día entero
Se come el día bonito y perfecto
Me come
A mí
Y todo
Se convierte en boca

©Estefanía Hernando