Siempre suelo viajar en buses como digna asalariada (o desempleada según la estación) en algún asiento que se encuentre al lado contrario del que va el conductor, lo aprendí más que todo, por cuestiones de ubicación ¡Ay sabré yo de ubicación! Ni un carajo, pero lo admito, me da terror perderme entonces mejor tener alguna técnica o matan los nervios, al menos la música ayuda, y por suerte vivo hoy, y no ayer, porque ayer era jodido eso de portar música, no cualquiera tenía un walkman para llevar un cassette con audífonos de diadema que te hacían parecer más piloto de helicóptero que amante de la música, y ni qué decir el precio... no... o los benditos discman, que si una se movía un milímetro la canción se cortaba. Me guío entre ruidos melódicos de mis audífonos y graffittis conocidos, algunos de años, lustros podría arriesgarme a decir: "No TLC", "Zombies en la vía", "Grettel Te Amo", uff, esa Grettel debe haber muerto hace mucho, tiesititita ha de estar o vieja y con cuatro gatos sin ningún amadx graffittero a su lado, ¡Qué se yo! Sería lindo guiarse por besos ¿Sabés? Allí me di mi primer beso en aquel internet café, allá me robaron uno en la parada de la Universidad Nacional, acá tuve un beso muy amargo empezando la avenida central, pero... Ni el bus pasa por lugares tan aislados entre sí ni yo beso tanto. Es un infierno a veces, en el bus no cabe un alma y lo llenan de más o voy apurada y como siempre, tarde (pero llego, porque eso sí, será tarde pero llego) de pronto el bus da una vuelta por otra vía, por reparaciones en la ruta común, y yo sufro mini infartos: ¿Tomé el bus incorrecto? ¿Será que nos secuestraron a todxs? luego el bus vuelve a su cauce normal "¡Cabrón! Entendé que me gusta mi rutina con dos cucharadas de azúcar y música acústica", pero el chofer no me oye pensar, y por lo general todo concluye antes de tiempo, porque prefiero pues, y para evitarme la paranoia, bajarme una parada antes porque de por sí, puedo caminar, y porque odio viajar en bus |