Solo la carne queda de lo que te he entregado
Una carne inmolada en este infierno leve
En una casa hueca en la que me has dejado
Que se llena de lluvia aun cuando no llueve

Solo unos labios rotos de raras comisuras
Quedaron de tus besos aquellos que me diste
Hoy, un sabor amargo inunda sus ranuras
Plagada de milagros que plagiaste y te fuiste

Una maldición leve hay en mis oraciones
Estropeando el silencio del rezo vespertino
Mi guitarra ha acopiado los versos de canciones
Dolores que se meten a la cama conmigo

Solo estas manos quedan de lo que yo te diera
Solas, frías, vacías se enredan en la nada
Y un corazón que brama como si presintiera
Que aparte de tu ausencia ya no me queda nada

La indiferente mueca de tu olvido me agobia
Me recupero a veces, buscando otro milagro
Recordando lo bello de tu mirada sobria
Sobre mi foto aquella con el cabello largo

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