Hay una mujer herida de celos
colgada al borde de mis pupilas.
Como una lágrima sin motivo
se derrama doliente en la despedida.
Hay un olvido impreso en mi boca callada
como una bandera loca de viento
se revuelven las palabras y rebotan en mi dientes.
No digo nada
callar en este momento es la dignidad del adiós.
Hay una mujer atravesada en el mar de mi alma
el tiempo la lleva, la memoria la conserva.
Ella decretó la partida
le dio vida a la distancia
puso fronteras entre su corazón y el mío
Hoy mis ojos están apagados
la luz de su rostro se convirtió en noche de cadáveres.
Hay una mujer herida de celos
colgada al borde de mis pupilas
la nieve negra cae como vidrio quebrado
y en mi cara se abren venas de sangre.
¿Cómo olvidarla
cómo despejar las nubes que puso en mis cielos
a qué aferrarme para que el mar de la muerte no me arrastre?
Hay una mujer herida de celos
colgada al borde de mis pupilas.
Texto agregado el 11-03-2014, y leído por 144
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
12-03-2014
Hermoso.Bellísimo poema,lleno del dolor del adiós.UN ABRAZO. GAFER
12-03-2014
Ojalá pueda sanar esa herida. agostina
12-03-2014
Cuando hay una mujer herida de celos...es que alguien le ha hecho daño. Me gustan esta letras. elisatab
11-03-2014
que imágenes fuertes y cuanto dolor destila este poema. adelsur
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