Hoy quiero rendir un pensamiento a Don Manuel Fraga a quien conocí como embajador de España en Londres.
Tuve el honor de colaborar como vicepresidente en un proyecto fallido de creación suya, el Spanish Trade Centre; proyecto un tanto faraónico pero que estoy seguro hubiera llegado a buen fin, si no hubiera coincidido con la crisis económica de los años 70.

Mi relación de amistad con su jefe de prensa Carlos y con el corresponsal de Radio Nacional de España Mariano me dio la oportunidad de asistir a una serie de actos de ámbito un tanto reducidos y exclusivos en la Embajada española.

En el año 1975 tanto la prensa española como la inglesa, principalmente la prensa conservadora, daban a Don Manuel como candidato seguro a Presidente de España una vez muerto Franco. Y estoy seguro que él también lo creía.

Y…
comenzó su preparación para el regreso triunfal a España. Presentó su dimisión como Embajador de España en el Reino Unido y comenzó a organizar una serie de actos de despedida, y no precisamente a “la francesa”. No quiso “steal away” como dirían los ingleses.

Hizo una serie de actos oficiales de despedida con miembros de la Cámara de los Comunes. Asistí al que dió al Partido Liberal inglés, acompañado de mis amigos periodistas Carlos y Mariano. Con un inglés gramaticalmente perfecto y pronunciado con el mismo atropello de palabras que utilizaba en español, hizo un discurso autocomplaciente sobre su famoso articulo segundo sobre la libertad de prensa, haciendo una alabanza a sus convicciones democráticas., que a los españoles allí presentes nos pareció, ya entonces , exagerada.Conforme le oíamos retorcer sus argumentos nos mirábamos con cierta incredulidad y sonreíamos no sin cierto cinismo.

Al final del acto se sirvió una comida que discurrió de manera distendida con los representantes ingleses en el magnífico comedor de la embajada. Don Manuel siguió actuando como próximo Presidente de España una vez muriera Franco.

Un camarero se dirigió a Doña Carmen, su esposa, y le preguntó qué plato prefería como segundo. Cuando ella iba a contestar, Don Manuel como un rayo se vuelve a su mujer y dice con voz potente:

.- !!! Tú, cordero !!!

Mariano se vuelve hacia nosotros y dice en voz audible:

.- !!! Al carajo el liberalismo !!!