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EL TIMO DE LA PLANTA

En septiembre Llegamos a Bruselas, en coche desde Londres, portando solo lo mas necesario,
La mala sorpresa fue ver que el clima era igual de malo como el de Londres y la peor fue que la Agencia de Transportes había llevado, por error, nuestros muebles a Holanda a la dirección de otro español allí destinado.
Por tanto el piso vacío; nuestros hijos casi se desmayan al encontrarlo lóbrego, sucio y amueblado solo con decenas y decenas de enormes moscas muertas.

Salimos a tomar algo a la Grand Place y en unas galerías trataba yo de levantar el ánimo a toda la familia con gran dificultad.
Tarea casi imposible; el día no ayudaba. Las nubes estaban tan bajas que yo creo que en Bélgica llueve de abajo para arriba. Cuando años después regresamos a España todavía seguían las mismas nubes sobre Bruselas.
Apareció por las galerías un hombre portando una planta de interior.
Mi mujer, muy entendida y gran amante de las plantas, se deshizo en elogios.
Es tanto lo que le gustan, que a veces me he preguntado si mi mujer se habrá casado conmigo por el apellido.

Cuando salíamos, nos encontramos al mismo señor rodeado de las plantas mas bellas y mejor cuidadas que la experta de la casa había visto jamás.
.-Juan, pregunta el precio.
! No lo podía creer !
.- Pero, si por ese precio no compro ni un ramo de flores en Londres. Voy a llenar el piso de plantas.
De repente todos contentos.Yo estaba encantado. Lo que no había conseguido con mi verbo animoso lo consiguió la botánica,
Nos llevamos cuatro plantas con el propósito de volver a por mas. Una cada una. Derechitos al coche y de allí a nuestro piso vacío, para alegrar la vista con el adorno mas amado por mi mujer.

Como ya dejo dicho el día era muy gris y lloviznaba. Abrazados cada uno a su planta acorde al tamaño y peso , y sin paraguas, nos fuimos los cuatro hacia el coche que estaba, no demasiado lejos, pero tampoco muy cerca; habría que hacer algún descanso en el camino.
! Todo sea por la paz conyugal !
Cuando habíamos recorrido unos trescientos metros oímos a lo lejos:
.- !! Au voleur !! !! Au voleur .!!
.-Papá alguien ha robado algo pues esa mujer viene gritando que cojan al ladrón.
Efectivamente, vimos a una mujer gesticulando, corriendo y gritando,! al ladrón!, !al ladrón!. La gente nos miraba a nosotros y nosotros mirábamos para todos los lados.

Poco a poco y para nuestra sorpresa , nos dimos cuenta que se dirigía a nosotros y nos señalaba con su dedo acusatorio
.-Esas plantas son mías. Estaban de adorno externo de los restaurantes de la calle..
Ni de coña mi cerebro de gallego iba a permitir ser víctima de un timo el primer día de mi llegada a Bruselas hecho de forma tan burda.
Aunque pensándolo bien el sistema era perfecto. Vendían las plantas y luego mandaban a una mujer gritando por la calle para intimidar al timado.

Pues vaya con nuestro traslado; primero nos roban las maletas en Portugal y un mes después nos timan en Bruselas.

Reclamé la presencia de la policía y les conté lo sucedido. Nos escuchó a los dos y amarrados a nuestras plantas que cada vez pesaban más, nos acompañó al lugar donde se había perpetrado el timo..

Para nuestra sorpresa el timador estaba allí todavía y nada menos que
! vendiendo otra planta !

- Usted me vendió estas plantas ¿ Verdad ?
.- Oui Monsieur. Mais Oui monsieur. Nos dice al tiempo que soltaba una risotada y nos hacía una reverencia teatral.

Al momento, pero solo en ese momento, nos dimos cuenta de que se trataba de un atrasado mental.

Tuvimos que pedir disculpas a la dueña de las plantas quien se lamentaba de que le faltaban las mejores, pues le habían advertido tarde de lo que estaba ocurriendo. El retrasado mental, pero no tonto, había reunido en un solo lugar, las plantas que estaban en el exterior de los muchos restaurantes que había en la calle.

Unas semanas después de este incidente, cumpliendo una promesa, fuimos a comer unos magníficos moules al restaurante y la dueña le regaló a mi mujer una preciosa cintia que nos acompañó todos los años que vivimos felizmente en Bruselas.

Las plantas eran mas baratas en Londres.

Texto agregado el 09-03-2014, y leído por 122 visitantes. (0 votos)


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