El cuerpo del joven estaba tendido en una cama del hospital, un accidente automovilístico lo había dejado en un coma profundo del cual no despertaba, unos tubos salían de su boca el cual se conectaba a un aparato que tenía un tipo de bolsa la cual se inflaba y desinflaba cada cierto tiempo, le habían practicado una traqueotomía también para que pudiera respirar, otros tubos y alambres salían de su cuerpo y se conectaban a varios instrumentos que emitan sonidos leves y agudos. Una señora de no pasaba de los cincuenta años llegaba a visitarlo todos los días, le hablaba en voz alta, le tocada la frente, las manos y la cabeza, el cuerpo inerte del joven ni se inmutaba a la voz de la señora, no reaccionaba a ninguna acción física o vocal; al cabo de unas semanas estaba la señora recostada junto al cuerpo inerte del joven cuando un señor con gabacha blanca entro a la habitación, saludo y le pregunto a la señora:
-¿Usted es la madre?-
-Si yo soy-le dijo.
El señor de la gabacha blanca era el doctor que había llevado el caso clínico del joven, era también un experto neurocirujano, puso la mano de él en el hombro de la señora y se sentó en un silla que estaba junto a ella, con una voz suave y entrecortada le dijo:
-Le seré honesto, su hijo no creo que lo logre y si lo logra su cerebro esta tan dañado que sería prácticamente un vegetal-
La señora vio a los ojos al doctor, miro a su hijo y exclamo:
-Solo un milagro podría salvarlo, ¿verdad?-
-Si cree en los milagros, solo uno podría salvarlo-le contestó el doctor.
La señora empezó a llorar, con la mano derecha se quitó unas lágrimas que caían de su rostro, miro de nuevo al doctor y le pregunto:
-¿Qué me aconseja?-
El doctor miró el cuerpo inerte del joven, puso de nuevo su mano en el hombro de la señora y le dijo:
-Esa decisión la tiene que tomar usted-
El doctor se retiró de la habitación, con mucho cuidado cerró la puerta del mismo y dejo sola a la señora con el joven, ella se levantó de la silla, se acercó al cuerpo del joven y con lágrimas en los ojos y una voz entre cortada le decía:
-¿Qué hago?, ¿Qué tengo que hacer?, dame una señal por favor-
Cuando la señora decía esas palabras miro fijamente el rostro del joven, se acercó lo más que pudo y notó como de este una pequeña lagrima salía de su ojo derecho, tardo un poco en formase una gota y luego deslizarse por el lado derecho de su rostro, la madre se la quitó con su mano, se inclinó y le dio un beso en la mejía derecha, a la vez le susurró al oído: “está bien, ya no sufrirás más”.
Mientras esperaba que le entregaran el cuerpo de su hijo, una enfermera se le acercó y le dijo:
-Su hijo estaba muy joven cuanto lo siento, pero él puede todavía salvar otras vidas-
-No le entiendo-le dijo la señora.
La enfermera puso su mano en el hombro de la señora, a la vez le dijo:
-Su hijo que en paz descanse estaba muy joven, con sus órganos podrá salvar a otras personas que los necesitan-
-¿Cuáles órganos?-le pregunto la señora.
-Por ejemplo el corazón, los pulmones, el hígado, el páncreas, el vaso, las corneas, tejidos para injertos de piel, algunos huesos-le dijo la enfermera.
-Entonces me darán el cuerpo de mi hijo incompleto-le increpo.
-Sí, pero recuerde con esos órganos salvaría muchas vidas-le dijo la enfermera-piénselo un momento o piense que habría hecho su hijo.
La madre divago un poco, se quedó pensativa por unos minutos y le dijo a la enfermera:
-Si salvara muchas vidas entonces lo autorizo, háganlo-dijo la señora.
Después de haber enterrado a su hijo la señora recibió una llamada de un banco local, la llamaban ya que su hijo la había dejado a ella como beneficiaria en una cuenta de ahorros, la cuenta tenía una cantidad ahorrada de dinero ya que el hijo había fallecido la única beneficiaria era su madre, la persona que le había llamado le recordó que llevara su documento de identidad para poder realizar el trámite. La señora busco el documento pero al verlo notó que ya se le había vencido, al siguiente día salió para renovarlo, al llegar al local una joven la atendió y empezó a preguntarle sus datos: nombre, dirección, edad, estado civil, ocupación, la joven miro a la señora y le dijo:
-Ahora hemos incorporado al documento de identidad otra opción, le hare la pregunta para ver si usted está de acuerdo, ¿está dispuesta a donar órganos?-
La señora miro a lo joven con extrañeza, pero a la vez con satisfacción y le contesto:
-Se puede todavía a mi edad-
-Pues supongo que si-le dijo la joven.
-Entonces ponga que si, a lo mejor salvo alguna vida-
La joven termino de llenar la forma en la computadora y paso a la señora a otro lugar para que le entregaran el documento, antes de retirarse la joven le dijo:
-Gracias por haber dicho que si-
-De nada, pero porque me da las gracias-
-Mi hermano tenía un problema en el corazón, estaba muy enfermo algún joven que murió le donó su corazón, ahora está vivo y muy sano-
La señora sintió un poco de melancolía pero a la vez alegría, se retiró del local con el documento ya renovado, llego al banco para realizar el trámite de la cuenta de ahorros y un señor la atendió, le pidió el documento de identidad, cuando estaba escribiendo los datos de la señora notó algo que le llamo la atención y le dijo a ella:
-Veo que tiene en su documento de identidad que es donadora de órganos-
-Sí, ahora preguntan eso y si uno está de acuerdo tiene opción de hacerlo-dijo la señora.
El señor siguió llenado unos papeles y le dijo:
-Yo me he salvado, alguien me dono su hígado, ahora estoy sano y con vida, estoy muy agradecido-
La señora se extrañó por el comentario hecho por el señor del banco, ahora se sentía más alegre, se quedó pensativa un momento pero fue interrumpida por el señor que le dijo:
-Puede pasar a la ventanilla y lo siento por su hijo-
-¿Cómo sabe lo de mi hijo?-le pregunto la señora.
-Usted es la única beneficiaria, por la fecha de nacimiento que está en la cuenta bancaria él estaba muy joven y parece que murió joven, de veras lo siento y gracias-le dijo el señor.
-De nada, ahora ya sé que mi hijo está en cielo y en el alma de varias personas-le contesto.
La señora se retiró del banco llevaba el documento de identidad se detuvo un momento y antes de guardarlo en la cartera observo su foto y sus datos, miro la parte de atrás y ahora en el documento de identidad en los datos había una frase que decía: “donador de órganos” y junto a esta un diminuto corazón con un color rojo intenso, la señora se puso el documento en su pecho y luego lo guardo en la cartera, siguió su camino muy contenta y alegre de haber salvado otras vidas.
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