El gatito que no podía decir miau era un gatito blanco con heterocromía.
Él hablaba portugués y adoraba las canciones de Carmen Miranda. Tanto así que repetía sus trabalenguas una y otra vez hasta que un día su lengua quedó amarrada y nunca más pudo articular palabra.
El pobre gatito tuvo que aprender lenguaje de señas para comunicarse. Lamentablemente, los otros gatos no gozaban de esas habilidades, por lo que el gatito ahora no tiene amigos.
El gatito que no podía decir miau ahora trabaja en un cubículo de 1x1 con nada más que hacer que revisar hojas de cálculo una y otra vez.
Texto agregado el 07-03-2014, y leído por 95
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Lectores Opinan
07-03-2014
¿No será por casualidad el gato de Schrödinger? walas
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