LA ANTROPOLOGIA COMO TELENOVELA VENEZOLANA O BRASILEÑA
Ante el contacto prolongado con una fuente de angustia como pesadumbre para el individuo, se establece naturalmente una dependencia como comodidad que el individuo ya anticipa y acaba muchas veces cultivando el-o ella-mismo como precisamente eso, esto es, como un sostén o muletilla vital cuyo cese o repentina ausencia puede ya percibir y anticiparse igualmente como un miedo adicional, como también algo que empieza a amenazar sutilmente con abandonarnos, por muy paradójico que nos parezca en momentos de crítica y pasajera lucidez existencial.
Verdaderamente inmisericordes son las dicotomías como oposiciones de lucha y superación enconadas, a vida y muerte-y diente con uña- pues como dicotomías acaban perversamente por definir a uno precisamente en base a lo que no desea ser y sobre aquello que aparentemente trabaja furiosamente por doblegar y aniquilar.
Pero históricamente, si logras introducir algo de moderación- y un poco de resignado humor que nunca viene mal-se hace soportable como inanidad racional precisamente porque nos evita el verdadero quebradero de cabeza de entender como crítica intelectual-a modo ciertamente del crítico literario-nuestro gusto, preferencia y casi obligado cumplimiento de no pensar seriamente en casi nada respecto al sentido como propósito de la vida-de cualquier vida y como fenómeno biológico-moral, aquí sobre la tierra;
Verdaderamente, lo nuestro ante todo es la vigorización de estar vivo y ante la vida en sí, y no acarrear racionalmente el tiempo desde la percepción humana bien como filosofía e incluso como arte, pues ni al filosofo ni al artista es capaz de vivir permanentemente en un estado de no vida como vida de contemplación;
Parecería que el verdadero vivir es entregarse visceralmente y según sobre todo nuestra fisiología a un plan de vida como condena, trabajo o tarea de alguna forma de ennoblecimiento como superación de alguna clase que, ciertamente, nunca debe producirse al final y del todo, pues es obvio que lo que prima es la tensión del vivir en sí y no realmente el llegar a ningún sitio (ya sabemos todos fatalmente lo que llegar y superar quiere decir realmente y por muy bonito, bello y grandioso que no los pinten!)
Viene al caso las bodas japonesas- que te recomiendan que nunca-NUNCA-regales a los novios un reloj; que el reloj-o el tiempo en sí-es sinónimo de lo decrepito, el decaimiento y la finitud-todo aquello que no nos gusta que nos recuerden.
Y vivimos con un miedo que en realidad funciona como una de especie socio secreto del que no podemos hablar y al que despreciamos al mismo tiempo que dependemos secretamente también de él, pues nos es conocido y hemos forjado un parámetro antropológico-humano que es común, básicamente, a toda antropología histórica;
Y como tal la Disney Coporation, por ejemplo, puede bien sacar-sin apenas entenderlo salvo en cuanto a lo utilitario-importantes réditos económicos además de contribuir a la definición del modus existencial real del hombre, quien está finalmente en su espíritu también doblegado y sometido a lo corpóreo:
Que lo corporal sí que es real, ¿verdad, chicos?
Adrenalina, angustia, lagrimas y la comodidad como eminencia, todo lo demás:
http://www.youtube.com/watch?v=ARgiPJobKnE
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SK
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