Es terrible ver la noche aplastándote desde la ventana...
Sentir y saborear la soledad, tan exquisita como el paso de los minutos en el tiempo.
La sensación de no querer estar y la obligación de seguir luchando...
Luchando por encontrar ese instante del minuto en que los ojos se cierran sin querer...
Y la conciencia al fin descansará.
Ese instante.
Texto agregado el 07-03-2014, y leído por 98
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